La presencia de dos unidades motorizadas de la Policía Nacional provoca una auténtica estampida entre la decena de 'gorrillas' que ejercen habitualmente en la calle de la Gloria, junto al seminario San Fulgencio. No quieren problemas, pero la agresión a una joven, en la tarde del pasado lunes, puede provocar que se intensifique la presión policial en esta zona.

"Hay gente mala y agresiva, pero eso es malo para todos", lamenta Rachid, uno de los aparcacoches, nada más desaparecer las motos de la Policía Nacional. Mohamed D. era, al parecer, uno de esos 'gorrillas' agresivos a los que se refiere Rachid. Natural de Costa de Marfil y de 33 años, Mohamed se encaró el pasado lunes con una joven de 19 años, vecina de Molina de Segura. La chica se había negado a pagarle el euro que le había pedido.

La discusión degeneró en un forcejeo que fue observado por el sargento de la Policía Local encargado de esa zona. El agente se acercó para tratar de mediar, pero enseguida se dio cuenta de que Mohamed no iba a entrar en razón. "Estaba demasiado alterado como para intentar razonar", señalan fuentes de la Policía Local. Mohamed -que, según las mismas fuentes, no presentaba señales de ir bebido o de haber consumido drogas- seguía insultando a la chica, a la que dio una patada en la pierna y empezó, a pesar de la presencia policial, a golpear el coche.

El sargento solicitó apoyo y hasta la zona llegaron dos unidades más de este cuerpo. En total, seis agentes. Tras el forcejeo, los policías lograron reducir a Mohamed, que fue trasladado a la Jefatura Superior de Policía Nacional de Murcia. Ahora se le acusa de los delitos de daños, lesiones, resistencia a la autoridad y amenazas.