Unas 525.000 personas, según fuentes de la Policía Local, presenciaron ayer en Murcia el desfile del Bando de la Huerta superando así el medio millón que asistió el pasado año. El Bando de la Huerta, organizado por la Federación de Peñas Huertanas, comenzó a las cinco de la tarde y recorrió el centro de la ciudad con sesenta y cinco carrozas alegóricas y diez grupos de folclore, que aglutinaban a más de 20.000 personas. Todas ellas rescataron una vez más la tradición y rememoraron los bailes de las cuadrillas y rondallas de los habitantes de la huerta.

Pero los actos de esta fiesta habían comenzado antes, con una misa a primera hora de la mañana oficiada por el arzobispo de Burgos, el murciano Francisco Gil Hellín, quien destacó, como ya suele ser habitual en las homilías de este festejo, que el agua es un elemento fundamental para el progreso de los murcianos", aunque matizó que "el único capaz de saciar toda la sed de los hombres es Jesús". Una procesión con la imagen de la patrona, la Virgen de la Fuensanta, por los alrededores de la Catedral de Murcia puso fin a la celebración religiosa que siguieron también millares de personas.

Aunque la tradición manda vestir la indumentaria huertana, y pese a la campaña llevada a cabo por el ayuntamiento de Murcia, muchas de las jóvenes prefirieron un año más llevar el atuendo masculino al resultar más cómodo para pasar una jornada que se desarrolla a lo largo de todo el día en las barras instaladas por los bares del centro y en los jardines de toda la ciudad, donde millares de jóvenes participaron en multitudinarios botelleos.

De hecho, la nota negativa la pusieron un centenar de personas que recibieron asistencia sanitaria 'in situ', mientras que 34 fueron trasladas a hospitales, en la mayoría de los casos por caídas e intoxicaciones etílicas. Según fuentes del 112, la mayor parte de los efectivos de Cruz Roja y del 061 que ayer prestaban servicio asistieron a personas afectadas por caídas, fracturas, pequeñas lesiones e intoxicaciones etílicas "de carácter leve" y, sobre todo, en menores de edad. Aún así, este año ha descendido tanto el número de asistencias sanitarias en la calle como los traslados al hospital en un 40% con respecto a 2007, lo que celebraron, sin duda, aquellos que abogan por el respeto a la tradición que ayer Murcia volvió a recordar.