Barcelona está exportando a todo el mundo su proyecto 'Bicing', que se ha convertido en un fenómeno gracias a su eficacia para incitar a los ciudadanos a prescindir del coche en sus movimientos por la ciudad y usar la bicicleta como medio de transporte limpio, rápido y más barato. Ahora, la multinacional Clear Channel, que gestiona el servicio de préstamo de bicis en Barcelona, Washington, Estocolmo, Oslo y San Francisco, está dispuesta a convertir Murcia en la tercera ciudad española que incorpora este servicio público de bicicletas después de su exitosa implantación en 2007 en la Ciudad Condal y en Zaragoza, donde estará para la próxima Expo.

LA OPINIÓN pudo comprobar esta semana en Barcelona cómo las autoridades locales han conseguido en dos años que 130.000 personas se abonen al 'Bicing'. "Después de tantos apagones y de tantos problemas con las obras del AVE, lo único que ha funcionado bien, la única alegría que han tenido los ciudadanos en Barcelona en los últimos años ha sido el 'Bicing'", admite Jordi Cabañas, director de Smartbike en España, quien celebra que el uso de la bici haya explotado a nivel mundial a partir de experiencias como la de Barcelona, donde la flota de bicicletas del Ayuntamiento alcanza las 6.000 unidades repartidas en casi 400 estaciones por toda la ciudad.

Para utilizar las bicicletas públicas hay que darse de alta en la web www.bicing.com. Los abonados reciben en su casa un mapa con la ubicación exacta de todas las estaciones y una tarjeta, similar a la del teléfono, con la que pueden acercarse a las terminales para retirar las bicis. El abono anual cuesta 24 euros e incluye el uso gratis de la bicicleta en trayectos máximos de media hora. "Esto es un servicio de transporte y la rotación es fundamental", apunta Jordi Cabañas, de ahí que si el usuario se excede en el tiempo se les carga en su tarjeta de crédito 30 céntimos por cada media hora extra hasta las dos horas, que es el máximo permitido por trayecto. De hecho, por encima de dos horas las penalizaciones suben de precio ya que por cada hora extra la tarifa se paga a 3 euros. Para hacer un uso responsable del servicio, Clear Channel ha implantado un sistema de puntos -se parte con tres- y cada vez que un usuario sobrepasa las dos horas pierde uno. Si se pierden todos, se les da de baja en el sistema y pasan a formar parte de una 'lista negra'.

La edad mínima para utilizar el 'Bicing' es 16 años, aunque el 80% de abonados está entre 24 y 50.

"La gente coge la bici para ir a hacer una gestión, a comprar algo o para desplazarse desde la estación de metro o bus hasta el trabajo, el 'super' o la universidad. De hecho, el trayecto medio está entre los 15 y 16 minutos y el 95% de los usuarios no sobrepasa los 30 minutos", expone el responsable del servicio, operativo los 365 días del año con el mismo horario que el resto de transportes públicos de Barcelona: de lunes a viernes de 5 a 24 horas y sábados y domingos 24 horas. Los únicos que no pueden hacer 'Bicing' son los turistas ya que el Ayuntamiento pretende incentivar a los barceloneses a hacer un mayor uso del transporte público y reducir la dependencia del coche. En un año, el 30% de los vecinos de Barcelona ha cambiado el coche por las bicis de color rojo Ferrari y negro, un modelo ligero que permite llevar incluso paquetes en la parte delantera. Todas están controladas con GPS y Clear Channel cuenta con un servicio de limpieza y otro de averías urgentes.