Los responsables de Protección del Menor de la Comunidad Autónoma están a la espera de que la autoridad judicial determine el momento en el que se harán cargo de la tutela del bebé que fue abandonado la noche del viernes en la puerta de un convento de la capital murciana.

Mientras tanto, la Administración regional está tratando de localizar a algún familiar de la niña, tal y como informó ayer la directora general de Familia y Menor, Laura Muñoz, quien aseguró a LA OPINIÓN que "la madre, que dio a luz en la Arrixaca hace unos días, dejó toda la documentación del bebé para facilitar las cosas, pero no se ha dado cuenta de que ha cometido un delito de abandono. Ella tendría que haber dado en adopción a la niña en cuanto nació".

Asimismo, Muñoz manifestó que el bebé se encontraba en perfecto estado de salud y fue trasladado al hospital Virgen de la Arrixaca, después de que las religiosas que recogieron a la pequeña avisaran al 112. Muñoz explicó que cuando se produzca la decisión judicial, los servicios de Protección del Menor iniciarán los trámites oportunos para asumir su guarda en un centro de la Administración regional. "Por las noticias que tenemos la madre, al parecer, dejó escrito hasta el nombre que quería para su bebé y decía que no podía hacerse cargo de ella", indicó Muñoz. Mientras tanto, la Policía Nacional busca a la mujer que abandonó a su hija en la puerta del Colegio Mayor de las Hermanas Religiosas María Inmaculada, en la calle San Nicolás de Murcia.

El bebé, de rasgos sudamericanos y en buen estado de salud, fue abandonado junto a una nota en la que la madre, que ya está identificada por la policía, daba explicaciones sobre el abandono de la niña, alegando que no tiene recursos, motivo por el que decidió dejarla al cuidado de las monjas.

Sobre las 21.30 horas, las religiosas alertaron del hallazgo al Teléfono Único de Emergencias 112, que inmediatamente movilizó una ambulancia, cuyo personal facultativo decidió trasladar al bebé al hospital universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia, donde quedó ingresada en observación para hacerle posteriores exploraciones, aunque su estado de salud era bueno.

La hermana Gregoria, la religiosa que se encontró al bebé, declaró a esta redacción que se llevó un buen susto al ver a la niña abandonada en la puerta del convento cuando salía a tirar la basura al contenedor.

Las hermanas de María Inmaculada suelen acoger a mujeres inmigrantes en precaria situación económica y les ayudan para que puedan encontrara trabajo limpiando en las casas de la ciudad.