Agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), del Cuerpo Nacional de Policía de Murcia, han detenido y puesto a disposición judicial a E.T., camerunés, de 24 años, como presunto autor de cuatro atracos en joyerías, tres de ellos en Murcia y uno en Orihuela, así como de un atraco en gasolinera, un robo con intimidación de vehículo, y usurpación del estado civil y falsificación de documentos, según informaron ayer fuentes de la Policía Nacional.

El botín obtenido asciende a 8.000 euros en efectivo y numerosas joyas y relojes de elevado valor, pendientes de tasación. Los atracos se produjeron en los días anteriores a la pasada Navidad, cometiéndose el último de ellos el mismo día de Nochebuena.

Pistas de las víctimas

Las declaraciones prestadas por víctimas y testigos, coincidían en que el autor de los hechos era un varón de raza negra, que utilizaba una pistola para intimidar a sus víctimas, así como una bolsa, igualmente negra, para introducir el botín. Las características físicas y vestimenta utilizada eran también idénticas, según las fuentes de la Policía Nacional.

Las investigaciones policiales llevaron a la identificación del autor de los atracos, quien fue detenido en la mañana del pasado jueves día 17, efectuándose registro en su domicilio donde fueron recuperados varios relojes, y piezas de joyería, procedentes de los atracos, así como diversas prendas de vestir que coinciden con las utilizadas en los mismos.

El detenido, vestido con indumentaria tipo militar y cazadora de piel con cuello de pelo, entraba en las joyerías cuando no había clientes, y tras solicitar a dueños o empleados que les mostraran pendientes, cadenas u otras piezas de precios moderados, sacaba la pistola que ocultaba en el interior de la cazadora y con ella les intimidaban para que les entregaran la recaudación de la caja registradora y las piezas de joyerías más próximas al mostrador, indicándoles que las depositaran en una bolsa de plástico de las utilizadas habitualmente para basura.

Con el arma al cuello

En todos los casos, según la versión ofrecida por la Policía, colocaba el cañón del arma en el cuello de las víctimas, amenazándoles con pegarles un tiro si no obedecían sus indicaciones y actuaba con rapidez para evitar ser sorprendido. En esta posición, incluso, empujó a una de las víctimas hasta la habitación contigua, instándole a abrir la caja fuerte.