Seguridad

Policías aseguran que la reforma de la Comisaría de Molina de Segura no contempla la retirada del amianto

La empresa Continental ampliará las dependencias policiales por un millón, pero el sindicato Jupol considera que costaría aún más quitar el material tóxico

Fachada de la comisaría, que en tiempos fue un centro educativo.

Fachada de la comisaría, que en tiempos fue un centro educativo. / La Opinión

Ana Lucas

Ana Lucas

La Comisaría de Policía Nacional de Molina de Segura está ubicada en un antiguo colegio en cuyo techo hay todavía amianto, un material tóxico que pueden provocar enfermedades graves a las personas que se exponen a él. Así lo aseguran desde Jupol, el sindicato mayoritario en el cuerpo.

Los responsables de esta organización se pronunciaron a raíz del anuncio de que arrancaban las obras de ampliación del inmueble, de las que se hará cargo la firma cartagenera Continental Obras y Mantenimiento, por un importe de 1,1 millones y con una duración prevista de nueve meses.

Aunque valoran que se acometan mejoras en las dependencias policiales, «esta actuación es claramente insuficiente», subrayan desde el sindcato Jupol.

Y es que el material peligroso, aseguran, seguirá ahí. «Lo van a encapsular», apostillan, «pero va a continuar, va a estar ahí el amianto, porque cuesta más dinero quitarlo que el total que invertirán en las obras».

El sindicato que representa a numerosos agentes en la Región y en España apunta que «Molina de Segura ha experimentado un notable aumento de población en los últimos años, acompañado de un incremento en los índices de delincuencia, lo que exige medidas estructurales y sostenibles, no soluciones temporales».

Desde el año antes del coronavirus, los agentes están insistiendo en que urge levantar una comisaría nueva, porque el inmueble que hay era un centro educativo.

"Un lavado de cara"

De ahí que «por muchas reformas que se acometan, siempre arrastrará deficiencias estructurales que lo hacen inadecuado para cumplir con los estándares que requieren los actuales centros de detención». Y es que «su diseño original no está adaptado ni a las funciones operativas de una comisaría moderna ni a los protocolos de seguridad exigidos».

¿Qué falta? No hay pre-calabozos (donde se traslada primero a la persona arrestada y le informan de sus derechos y del motivo de su detención), no hay zona de seguridad de aparcamiento y falta espacio en los vestuarios, aseveran.

«Consideramos imprescindible la construcción de una nueva comisaría de Policía Nacional, moderna, funcional y adaptada a las necesidades reales de una ciudad en crecimiento», reiteran.

Las reformas que llevará cabo la empresa «suponen únicamente un lavado de cara que no resuelve los graves problemas estructurales que arrastra este edificio desde hace años», insisten, para añadir que «es previsible que, en poco tiempo, estas instalaciones vuelvan a quedar obsoletas».

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