Caravaca de la Cruz

Lluvias de pétalos en el último paseo de la Cruz por la ciudad

La reliquia recorrió los últimos tramos de la Cruz de Impedidos y dio paso al trueno gordo final

La cruz bendice desde las almenas al casco urbano, campos y pedanías.

La cruz bendice desde las almenas al casco urbano, campos y pedanías. / Enrique Soler

Enrique Soler

Enrique Soler

El trueno gordo ponía punto final a las fiestas en honor a la Vera Cruz de Caravaca. Tras la última celebración religiosa, la Cruz, en su carro triunfal, tomaba rumbo hasta su joyero de piedra, el alcázar santuario. Tras recorrer la calle Mayor, donde recibió una lluvia de pétalos, enfiló la Gran Vía y, tras pasar por el arco de la Casa Consistorial, recibió la última lluvia de pétalos de las flores nuevas de mayo, dando honor y gloria al símbolo del cristianismo. En la última cuesta que da acceso a la lonja de la fortaleza le esperaba el Tío de la Pita y su tamboril, que entonaba las últimas notas de su dulzaina. Habrá que esperar hasta el próximo 24 de abril, vísperas de San Marcos, para volver a escuchar su popular ‘Serafina’ y ‘Ora Pronobis’.

Un grupo de manolas durante la procesión, camino a la Basílica.

Un grupo de manolas durante la procesión, camino a la Basílica. / Enrique Soler

Durante la jornada de ayer, la Cruz realizó los últimos tramos de la Cruz de Impedidos, pasando también por el Convento de los Carmelitas y la capilla del Colegio Nuestra Señora de la Consolación, y bendiciendo la Casa de San Juan de la Cruz tras su restauración.

Las fiestas caravaqueñas, que pese a la amenaza de lluvia el tiempo ha respetado, han congregado a miles de asistentes que disfrutaron de la victoria de Caprichoso en enjaezamiento, Calimocho en Carrera y Terry en el concurso morfológico, que se celebró en la tarde del 1 de mayo y contó con la presencia del alcalde de Caravaca, José Francisco García; el hermano mayor de la Cofradía, Luis Melgarejo; y representantes de instituciones militares y festeras.

El trueno gordo devolvía a la realidad a los habitantes de la Ciudad Santa del Noroeste, que durante los últimos cinco días han vivido inmersos en el sueño de la Caravaca eterna. Ahora, muchos se consuelan pensando que tan solo faltan 360 días para las Fiestas de 2026.

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