Semana santa

La Virgen de los Dolores ilumina Lorca a pesar de la temida lluvia

Los azules sacaban a la calle un cortejo íntegramente religioso, dedicado a honrar a su titular | El Paso Blanco sacó hasta ocho carros seguidos tirados por caballos

La Dolorosa desfilaba triunfante, en una noche en que hasta el cielo la acompañaba en su dolor.

La Dolorosa desfilaba triunfante, en una noche en que hasta el cielo la acompañaba en su dolor. / Elisabet Soto

Daniel Navarro

Daniel Navarro

No hay día más especial para los azules que el Viernes de Dolores. 24 horas dedicadas por parte de la Hermandad de Labradores a honrar a su titular en el día de su onomástica. Algo que comenzaba ya en los primeros segundos de la jornada. Así, cuando el reloj de la iglesia de San Francisco marcaba las 00.00 horas, las campanas repicaban para marcar el inicio del día ‘más azul del año’ y, como manda la tradición, empezaba la Semana Santa de Lorca con la salida de la Virgen de los Dolores para recibir el amor de una ciudad entregada.

Poco después, ya con las primeras luces del día, el movimiento regresaba a la iglesia de San Francisco. Centenares de azules se afanaban en prepararlo todo, cuidando con mimo hasta el último detalle. A partir de las 12 tenía lugar la tradicional misa en honor a la Dolorosa, en la que se vivían varios momentos de gran emoción, destacando el reconocimiento como Mayordomo de Honor de Cristóbal Leal –a título póstumo– y Francisco Navarro.

Y así, tras un breve descanso para reponer fuerzas, el ajetreo volvía a las dependencias del Paso Azul, pues la Madre salía a la calle en breve. Sobre las 19.30 horas, la Virgen de los Dolores salía en procesión de San Francisco tras un largo año de espera, rodeada del cariño de cientos de azules.

Simultáneamente, el desfile por la avenida Juan Carlos I daba comienzo. Con la presencia de todos los pasos, así como de autoridades en el palco presidencial tales como el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente autonómico, Fernando López Miras, los mayores cortejos los ponían en escena blancos y azules. Sin embargo, la lluvia obligaba a detener el desfile y con la previsión de que pudiera empeorar el tiempo, el patrimonio exhibido era resguardado en carpas. Tras esperar unos 15 minutos, se reanudaba y todo volvía a la normalidad.

Por su parte, el Paso Blanco hacía algo nunca visto en la Semana Santa de Lorca: sacaba hasta ocho carros seguidos, conocidos como sigas, tirados por seis caballos, levantando los palcos en una escenificación única del poder del Imperio Romano. Cada uno de los carros presentaba a los grandes emperadores, acompañados por la caballería romana y la infantería. El conjunto escenificaba la entrada triunfal del emperador Constantino, que concedió la libertad de culto a los cristianos mediante el ‘Edicto de Tolerancia’. Finalizaba la procesión la carroza del Anticristo, inspirada en la visión apocalíptica de San Juan, que recoge el momento en que se obró el prodigio de hacer bajar fuego del cielo a la Tierra en presencia del hombre, que sostiene una cruz que arde pero no quema.

Imágenes de la procesión de Viernes de Dolores en Lorca

Elisabet Soto

A su vez, el Paso Azul ponía en escena un cortejo eminentemente religioso en honor a su titular. En él destacaba la presencia de unas trescientas azules ataviadas con la clásica mantilla española, que acompañaban a la Dolorosa por las calles de Lorca. Acompañando a la imagen, declarada como Bien de Interés Cultural, podía contemplarse el inigualable conjunto de textiles ideado por el ilustre Francisco Cayuela, también BIC, así como la presencia, un año más, del Grupo de Caballería de la Guardia Civil, que el pasado jueves estrenaba las instalaciones construidas especialmente para albergar los animales que participan en Semana Santa.

La lluvia hacía acto de presencia durante el desfile bíblico pasional y obligaba a los asistentes a cubrirse. | ELISABET SOTO

La lluvia hacía acto de presencia durante el desfile bíblico pasional y obligaba a los asistentes a cubrirse. | ELISABET SOTO

Tras el paso por carrera, bien entrada la noche, la Dolorosa se recogía en su templo, que abandonará el próximo viernes para recorrer nuevamente las calles de la ciudad, esta vez, detrás del Cristo Yacente.

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