Los antiguos depósitos de agua de Santa María, en Lorca, se convertirán en un centro social

El Ayuntamiento de Lorca ya tiene claro lo que hará con los antiguos depósitos de agua de Santa María. Así lo confirman a LA OPINIÓN fuentes de la Concejalía de Urbanismo, que detallan que las actuaciones en la zona se dividirán en tres partes. Por un lado, el almacén de agua como tal –de unos quinientos metros cuadrados– se dividirá en dos, lo que permitirá crear un centro social y de reuniones para el barrio; mientras que el segmento restante se mantendrá como depósito de agua. Y los terrenos circundantes, de tres mil metros de superficie, serán transformados en una gran zona verde a través de un proceso de renaturalización.

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Así, tras muchos dimes y diretes, queda resuelto el futuro de este espacio, que era cedido por el Estado en el mes de julio de 2023. De hecho, las actuaciones en la zona comenzaban hace una semana, con el derribo de una de las casas situada junto a la entrada de los viejos depósitos. A este respecto, cabe recordar que los trabajos en el lugar se inscriben dentro del proyecto 'Natur-W', que pretende llevar la reconstrucción del Casco Histórico a una parte importante de los Barrios Altos.

Dentro del mismo, el Consistorio contará con el asesoramiento del Centro Unesco sobre recursos hídricos de la Universidad de Tesalónica, que buscará maneras de introducir el ciclo del agua en la gestión urbana y edificatoria. Así, todas las actuaciones enmarcadas en el mismo irán enfocadas al aprovechamiento de agua, siendo la utilidad principal en este sentido la que se le dará a la mitad de los depósitos que seguirá utilizándose para almacenar el agua de lluvia estacional con la que regar, en el futuro, el parque de alrededor

Actuaciones complementarias

Este proyecto va de la mano con el de restauración de la antigua Cárcel, que también contempla la remodelación de tres viviendas sociales. Para ello, se cuenta con una subvención de 4,77 millones de euros procedente de fondos Feder. Además, el Ayuntamiento ha aprovechado el impulso generado por el inminente inicio de las obras en el viejo penal, para comprar (y demoler) dos casas adosadas a los muros del histórico inmueble.

Adquiridas por poco más de 100.000 euros, con el derribo el Ayuntamiento perseguía varios objetivos: liberar los muros originales de la cárcel, seguir buscando trazas de la muralla medieval –que se sabe atravesaba la zona ahora ocupada por la antigua Colegiata de San Patricio– y crear una nueva plaza, que permita mejorar el visionado de la fachada principal de la antigua colegiata. Asimismo, tras el inicio de los trabajos el alcalde de Lorca, Fulgencio Gil, destacaba el beneficio adicional que la demolición supondrá "para la seguridad" del barrio.

Tanto es así, que en las horas previas al inicio de los trabajos tuvieron que habilitarse medidas para evitar que nadie se adentrara en su interior, colocando en puertas y ventanas planchas de acero, con el objetivo de evitar la ocupación de los inmuebles. "Eran unas propiedades que constantemente generaban problemas de inseguridad, por lo que este proyecto no solo impulsará los Barrios Altos, sino que sirve para acabar con un ‘punto negro’ que requería de forma constante la presencia de agentes de la Policía Local y Nacional", señalaba al respecto el regidor.

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