Patrimonio

Treinta vecinos de Librilla reúnen 250.000 euros en 24 horas para salvar un edificio del siglo XVIII

El edificio, Las Posadas del Duque, fue adquirido en una subasta de la Agencia Tributaria

Posada del Duque, en Librilla.

Posada del Duque, en Librilla. / La Opinión

EFE

Treinta vecinos de Librilla decidieron apostar por el patrimonio de su pueblo y compraron el inmueble más icónico de la localidad, Las Posadas del Duque: un edificio neoclásico que estaba amenazado de ruina. Estos '30 héroes' consiguieron en solitario reunir 250.000 euros en 24 horas para adquirir el edificio en la subasta de la Agencia Tributaria.

Las Posadas del Duque, la antigua Casa de Postas del pueblo, estaba incluida en la lista roja por Hispania Nostra a principios de 2023.

Los 30 valientes de Librilla, un pueblo de 5.000 habitantes, se pusieron de acuerdo para adquirirla y crearon la asociación "Plataforma en defensa de Las Posadas", aportando en 24 horas los 251.000 euros necesarios para comprar el edificio a razón de 50 participaciones de 7.500 euros con las que se selló el acuerdo.

Ahora tienen unos pocos días para solicitar una de las subvenciones del 'Programa de mejora de la competitividad y de dinamización del patrimonio histórico con uso turístico', que otorga el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, y que puede alcanzar un máximo de 3 millones de euros. Su objetivo es donar el edificio al Ayuntamiento para su rehabilitación y puesta a disposición de los vecinos de Librilla.

Desde Hispania Nostra se trabaja desde hace años en fomentar el micro mecenazgo a través de su página web (https://crowdfunding.hispanianostra.org/), y hasta el momento se han financiado más de 40 proyectos similares al de Librilla por toda España.

La historia de Las Posadas del Duque

Las Posadas del Duque se construyeron a instancias de José María Álvarez de Toledo y Gonzaga, duque de Alba y sucesor de la Casa de los Vélez, señor de Librilla.

No se puede establecer la fecha exacta de construcción del edificio, pero hay datos históricos que lo datan en el año 1779, que es la caducidad del último contrato de arrendamiento del viejo mesón y de la posterior escritura de arriendo en 1784. Se entiende que entre 1780 y 1783 tuvieron lugar las obras del edificio.

No se conoce la fecha en la que dejó de utilizarse y al terminar la Guerra Civil, y se plantea actualmente que sea reconvertida en una industria conservera.

Tiene planta rectangular que constaba de dos zonas, una de alojamiento y recepción de viajeros y otra de dependencias auxiliares que se distribuían en torno a un patio, dedicadas a acoger a los animales de tiro y a los carruajes.

El material empleado es mampostería y ladrillo, las cubiertas son de una sola vertiente, orientadas al exterior en su fachada principal y al interior en las dependencias que dan al patio. Todo ello resulta en un estilo muy austero y sobrio.

La zona de alojamiento está orientada al norte y dividida en dos pisos. El inferior estaba dedicado a las cocinas y comedor mientras que el superior era para las habitaciones. La fachada tiene once ejes que corresponden a las once habitaciones de la posada, estando las de mayor rango orientadas al exterior y el resto al patio interior.

De las tres puertas de la fachada principal, la central era la zona de entrada a los viajeros y las laterales daban paso a los carruajes.

El resto de dependencias distribuidas en pabellones estaban dedicadas, en su nave occidental, a servir como cochera y el resto como caballerizas. Encima de las cuadras se situaban los graneros y las cámaras para el forraje. En una de las esquinas aparece un escudo de armas labrado en piedra perteneciente a la familia de los Vélez.