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Cofrutos anuncia que se queda en Cehegín

El alcalde Jerónimo Moya, junto al gerente de Cofrutos, Joaquín Bañuls

El alcalde Jerónimo Moya, junto al gerente de Cofrutos, Joaquín Bañuls / La Opinión

Enrique Soler

Enrique Soler

El gerente de Cofrutos, Joaquín Bañuls, y el alcalde, Jerónimo Moya, han anunciado que la empresa no sólo se queda en Cehegín sino que tiene previsto construir una nueva fábrica en el polígono 'Agua Salada'.

Moya ha destacado que "cuando Cofrutos, una empresa de referencia en nuestro pueblo, nos informó de sus planes de expansión nos pusimos, enseguida, a trabajar para conseguir que se quedara entre nosotros. Por eso, estamos trabajando en la modificación del planeamiento urbanístico del polígono 'Agua Salada' para conseguir los 55.000 metros cuadrados que necesitan para su nueva fábrica. Solo nos queda perfilar los últimos detalles del convenio que se firmará en los próximos meses".

Bañuls, por su parte, ha agradecido "el esfuerzo del alcalde y del equipo de Gobierno durante los últimos meses para consolidar el proyecto de expansión de Cofrutos, vinculada a Cehegín desde hace más de 40 años. Nos encontramos en una situación volátil, de incertidumbre, de deslocalización; pero, tanto desde la dirección de la empresa como desde el ayuntamiento, nos hemos esforzado en incluir a Cehegín en nuestros planes de crecimiento para seguir siendo una plataforma de empleo y oportunidades".

Actualmente, en la fábrica trabajan 90 personas, de las cuales 70 son fijos y 12 fijos discontinuos, además hay 8 personas en prácticas

Actualmente, en la fábrica trabajan 90 personas, de las cuales 70 son fijos y 12 fijos discontinuos, además hay 8 personas en prácticas. Estos últimos son técnicos que envían los centros de formación profesional o recién licenciados, que manda la Universidad para realizar sus prácticas y que la mayoría de ellos acaba consolidando su trabajo posteriormente, según explican desde la empresa.

En cuanto al plazo de ejecución del proyecto, el gerente, Joaquín Bañuls, ha señalado que "las turbulencias económicas y lo ambicioso del proyecto nos obligan a ser cautelosos con las fechas; además, de la particularidad de tener que sincronizar la puesta en marcha de una nueva fábrica con el cese de actividad de la actual. Tanto el ayuntamiento como nosotros nos hemos comprometido con unos planes flexibles que pueden oscilar entre los 5 y los 7 años"