Las imágenes más espectaculares del primer desfile del Carnaval de Águilas

Si las citas celebradas del Carnaval de Águilas habían sido todo un espectáculo, el primer desfile que se celebró ayer volvió a poner de manifiesto que los aguileños tienen un don especial para el Carnaval y por qué lograron que se declarara de Interés Turístico Internacional. Fue el primero de los cuatro desfiles del Carnaval de Águilas y, a pesar de durar algo más de cuatro horas, ninguna de las más de 15.000 personas que lo presenciaron en directo, según fuentes municipales, se cansó de ver cómo la avenida Juan Carlos I y la calle Carlos III se convirtieron en un gran escenario del espectáculo musical de fantasía e ironía que se llama Carnaval de Águilas.

Los dos años que la pandemia ha obligado a suspender el carnaval han servido para renovar la imaginación y mejorar las puestas en escenas, presentando un desfile en el que las coreografías, acompañadas de elegantes fantasías, lograron, junto con las peñas más irónicas y sus carrozas, crear un espectáculo callejero que no defraudó a nadie.

En el palco de autoridades tampoco faltó nadie. Como en las grandes citas de la Región, estuvieron presentes el presidente de la Comunidad Autónoma, Fernando López Miras; el delegado del Gobierno, José Vélez; el consejero Juan María Vázquez o el alcalde de Lorca, Diego José Mateos.

La batucada Dakokan comenzó unos minutos antes para calentar el ambiente, pero fue el Ballet Oficial de la Federación de Peñas, dirigido por primera vez por Cristina Vera, el que llevó el júbilo a las gradas con unas innovadores coreografías y con unos elegantes diseños de colores azul y dorado. Una línea de elegancia que continuço con la Peña Serpentina, de la Musa Conchi Caparrós, que se presentaba sobre una carroza con una gran espaldera de plumas y, al igual que su cuerpo de baile, con un fino diseño de pedrería plateada combinada con plumas fucsias en sus tocados. Una peña que cumple 25 años desfilando y que cerraba una plataforma con La Mussona infantil, Jorge Navarro.

El desfile lo continuó la Peña Divina, con componentes de la llamada tercera edad, que volvieron a demostrar con una fantasía goyesca que la edad no es un impedimento para disfrutar del carnaval. Desfilaron entre dos peñas de los más pequeños, la división infantil de la numerosa Peña Sinergia —que, en plataformas y a pie, animaron la tarde con unas trabajadas coreografías— y la Peña Agualine.

La Peña Aquilae, con una fantasía tropical, utilizando grandes carros como espalderas y tocados con plumas de pavo real, con Don Carnal, Hilario Gris, en la carroza que cerraba el paso de la peña y que abría paso a la Cuaresma Infantil, Alba García, que llegaba con su Peña Matalentiscos Boys sobre un espectacular carro tirado por un león con alas. La interactiva Matalentiscos Boysś propuso jugar a Fortnite.

David Ruiz y Sambari, sobre una plataforma, llevó el espectáculo de los musicales al desfile, haciendo un paréntesis con el jolgorio de la multitudinaria Clanka con una parodia de la época en la que en Águilas había discotecas, reclamando ocio y diversión para los jóvenes en la ciudad costera. Fue unas de las primeras criticas del desfile. Después llegó la Rata Loca pidiendo la paz en Ucrania, pero con una parodia sobre el entierro de Isabel II de Inglaterra. Los Amantes del Chichi pidieron más protagonismo de los jóvenes en la Federación de Peñas con un temario de los Gatos Pijamas, con una gran carroza sobre la serie de dibujos animados.

Con la Peña Andreu’s el rocódromo aguileño se convirtió en un gran musical. La elegancia y fantasía, acompañadas de las coreografías, impedían pestañear para no perderse ningún momento. Desde las gradas se unían con aplausos los espectadores al desfile.

Llegó Ipanema de Toni Molina sobre dos plataformas y un temario muy elegante, con un musical que titularon The Mexican, con unas pedrerías doradas, peinetas y rosas de tocados. Si la primera plataforma era para el cuerpo de baile, en la segunda era un mariachi quien ponía música en directo al espectáculo. Le siguió Azabache, que prácticamente ocupó toda la avenida con casi cien componentes de todas las edades, llenos de color aguamarina y dorados en las purpurinas y plumas de sus elegantes diseños.

Con los personajes infantiles, la Musa Lucía Giner sobre un torno de reina protegida por dos leones y Don Carnal Infantil sobre una plataforma con un decorado de selva.

Con-Fusión Nocturna, formada por hombres, presentó unas coreografías que pusieron en pie al público, que apenas pudo descansar porque seguidamente llegó Ikaleña, con un diseño de pedrería dorada y plumas rojas y verdes en su tocado, pero con unas coreografías que no dejaron indiferente a nadie.

Las creaciones que participaron en el Concurso de Trajes de Papel dejaron sorprendidos a todos los espectadores.

Sudokai trasladó el desfile al mundo indú. Peñas históricas y muy numerosas, como el Tangay, llevaron a los presentes al mundo de Alicia en el País de las Maravillas, con tres plataformas y una gran carroza que recreaba ese fantástico mundo.

El Pizarrón, que este año llevó a a Mussona, Lorenzo Sánchez, realizó un homenaje a todas las Mussonas que ha tenido el carnaval aguileño con 10 carros y plataformas y una carroza.

La Peña Imperial, con un diseño de tres piezas doradas, un tocado de plumas y una selecta coreografía de temas musicales carnavaleros, devolvió el espectáculo musical al desfile.

Pura Vida mantuvo la elegancia del carnaval aguileño con tonos azules y plateados, pero sobre todo destacó la alegría de sus coreografías.

La Movida Aguileña derivó una corrida de Toros en coreografías.

Un espectáculo musical que continuó con Briseyda, Terpsicore, Almendriqueña, la parodia de Si no salgo reviento, Sinergia, Toscana, Kambalaya y Agualine.

El primer desfile del Carnaval de Águilas finalizó con la Peña Mikey Mouse representando el cuento de Caperucita Roja.