Espectáculos

Lorca se rinde a los pies de Peter Pan

Un millar de pequeños gritaban, “yo creo en las hadas. Yo creo, sí creo”, para recuperar la fantasía

Peter Pan con John, Michael y Wendy Darling y la perrita Nana, en la habitación de los niños.

Peter Pan con John, Michael y Wendy Darling y la perrita Nana, en la habitación de los niños. / LUIS MORA

“Cada vez que un niño dice que no cree en las hadas, un hada muere en alguna parte del mundo”. Peter Pan hacía, anoche, este alegato desde el escenario del Auditorio Margarita Lozano. Entre sus manos sostenía a Campanilla que daba su último suspiro tras haberse bebido un brebaje que Garfio había preparado para hacer desaparecer a Peter Pan.

El niño que no quería nunca crecer pedía a los más de un millar de pequeños que le ayudaran a recuperar la fantasía, la ilusión… y con ella a Campanilla. Y todo el auditorio se unía en un grito unánime que se repetía una y otra vez y que sonaba cada vez más fuerte: “Yo creo en las hadas. Yo creo, sí creo”. “Yo creo en las hadas. Yo creo, sí creo…”. Y Campanilla volvía a ser esa pequeña hada traviesa del País de Nunca Jamás.

Wendy en la ventana de su habitación esperando a que llegue Peter Pan.

Wendy en la ventana de su habitación esperando a que llegue Peter Pan. / LUIS MORA

“La primera vez que un niño sonríe, la risa estalla en mil pedazos y de cada uno de ellos nace un hada”, aseguraba Peter Pan que poco antes se colaba por la ventana de la habitación de los pequeños de la familia Darling. Lo hacía después de haber escuchado desde ella cada noche las historias que contaba la mamá de Wendy, John y Michael. Tenía curiosidad por conocer el final de una historia, la de la princesa del zapatito de cristal.

La noche anterior había perdido su sombra y en el intento de recuperarla se encontró con Wendy, dispuesta a cosérsela. A partir de ahí comenzaba una trepidante historia que no por conocerla, no sorprendía a todos. Theatre Properties, Atresmedia y Grupo Eventix ponían en escena montajes impresionantes que con un giro dejaban de ser una calle de Londres, para convertirse en la casa y más concretamente en la habitación de Wendy, John y Michael Darling.

John, Michael, Wendy y Peter Pan, volando hacia el País de Nunca Jamás.

John, Michael, Wendy y Peter Pan, volando hacia el País de Nunca Jamás. / L. O.

El País de Nunca Jamás, el barco pirata de Garfio, el campamento de los indios… un mar repleto de sirenas, fueron magistralmente recreados mientras cientos de pequeñas hadas llenaban el Auditorio Margarita Lozano. Una escenografía cuidada hasta el más mínimo detalle, como también el vestuario, la música y la iluminación, que llevaban a los más pequeños a adentrarse en esta historia legendaria.

Es el montaje más grande llegado a la ciudad hasta el momento. Tres tráilers desembarcaban el viernes en los muelles de carga del patio del Palacio de Ferias y Congresos Ifelor para lograr hacer realidad ‘Peter. El Musical’. Una súper producción que únicamente visitará los escenarios destinados a grandes montajes de nuestro país. Y Lorca, está ya incluida en el circuito desde que fuera inaugurado el Margarita Lozano, dentro del complejo de ferias y congresos de Ifelor.

La institutriz y los padres de John, Michael y Wendy en la habitación de los pequeños junto a la perrita Nana.

La institutriz y los padres de John, Michael y Wendy en la habitación de los pequeños junto a la perrita Nana. / LUIS MORA

Peter Pan volaba. Pero también lo hacían Wendy, Michael y John. El escenario se mostraba repleto de personajes que cantaban, bailaban y hacían impresionantes acrobacias. La última tecnología en vídeo y proyección, con imágenes y videos realizados por Pixar con una calidad inigualable, se podían ver en el montaje que ha contado con cuatro compositores, encargados de crear un repertorio musical original creado expresamente para este espectáculo, con canciones modernas y actuales que los más pequeños incluso se atrevieron a tararear.

Cambios de vestuario y de caracterización de peluquería y maquillaje para recrear fielmente a cada uno de los personajes representados en la historia del País de Nunca Jamás. Y hasta quince cambios de escena en directo que pasaron casi desapercibidos para el público que siguió la historia, dirigida por Tomás Padilla.

Familias al completo pasaron por el ‘Photocall’ de Peter que se colocaba en la entrada principal al Auditorio Margarita Lozano.

Familias al completo pasaron por el ‘Photocall’ de Peter que se colocaba en la entrada principal del Auditorio Margarita Lozano. / Pilar Wals

Este último ha sabido como nadie reinventar la historia que escribiese James Matthew Barrie tras abandonar el periodismo. Como curiosidad, Barrie llamó a uno de los personajes de la historia Wendy por una niña, Margaret Henley, que fallecía a los cinco años y cinco meses de edad en febrero de 1894. La pequeña tenía dificultades para pronunciar ‘Friendy’, amigo, como llamaba a Barrie, lo que le llevaba a decirle ‘Fwendy’. James Matthew Barrie tuvo claro que en su memoria uno de los personajes debía llamarse ‘Wendy’. Pero, es más, el escritor tituló inicialmente su obra ‘Peter Pan y Wendy’.

Un gigantesco cocodrilo, que mucho antes se había comido un reloj que hacía ‘tic, tac, tic, tac…’ con el que anunciaba su presencia, perseguía por el escenario a Garfio. La princesa india Tigrilla llevaba a todos hasta su campamento donde los indios ofrecían un auténtico espectáculo de percusión y baile con acrobacias imposibles… Y, todo, en la segunda estrella a la derecha, y recto hasta el amanecer. Decía Peter Pan que “solo necesitas un pensamiento bonito y… un poco de polvo de hadas para volar”. Y a partir de ahí, todo es posible gracias a la ilusión, la fantasía… que nunca deberíamos perder, ni siquiera al crecer.

Ana, Lola y Miguel Ángel, poco antes de iniciarse la representación ‘Peter. El Musical’.

Ana, Lola y Miguel Ángel, poco antes de iniciarse la representación ‘Peter. El Musical’. / Pilar Wals

Los más pequeño siguieron disfrutando tras el fin de fiesta de la representación del musical, ya que Peter Pan y Garfio tras dejar el escenario se marcharon al photocall de la entrada del Auditorio Margarita Lozano. Allí, firmaron autógrafos y se fotografiaron con todos los niños que lo desearon. Y para los que quieran repetir todavía quedan algunas entradas para las dos funciones previstas, este domingo.