Especial Fiestas de Ricote 2023

El Carrerón: Un desfiladero en el camino histórico de Ricote a Andalucía

El Carrerón desde la parte baja y desfiladero de El Carrerón (rectángulo). Detalle del bosquejo planimétrico del término municipal de Ricote, zona 1ª, hoja 2ª, escala 1:25.000, 1899, Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico.

El Carrerón desde la parte baja y desfiladero de El Carrerón (rectángulo). Detalle del bosquejo planimétrico del término municipal de Ricote, zona 1ª, hoja 2ª, escala 1:25.000, 1899, Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico.

Jesús Joaquín López Moreno / José María Gómez Manuel

En los últimos nueve meses de 2022 se desarrolló un proyecto para acondicionar El Carrerón gracias a la formación y contratación de diez jóvenes de Ricote por medio de un Programa Mixto de Empleo y Formación de Garantía Juvenil (Servicio Regional de Empleo y Formación). Ante la inexistencia de datos históricos publicados sobre El Carrerón, fue solicitada la realización de una visita para ofrecer nuestros conocimientos a dichas ricoteñas y ricoteños; todo ello con el beneplácito del coordinador Juan Fernández Chuecos. La charla impartida el 24 de agosto ha sido el motivo de la elaboración del presente escrito.

El imponente desfiladero de El Carrerón aprovecha una fractura natural que fue acondicionada por la mano del hombre para permitir un paso de herradura en el camino histórico de Ricote a Andalucía, en comunicación directa con Calasparra y Bullas. Localizado en el extremo occidental de la Sierra de la Umbría, entre la Fuente Buena y el Cabecito Negro, tiene una longitud de unos 110 metros, estando constituido por dos paredes naturales enfrentadas y posibilitando una anchura de paso variable entre 1,7 y 4,5 metros. En el desfiladero aún se muestran restos de suelo pavimentado, presentando entallado en la roca en la boca más alta y obra de mampostería de piedra seca en la parte más baja. Esta técnica constructiva también fue empleada para sujetar el terreno proclive a desprenderse en el camino y dar continuidad a la pared natural oriental.

El Carrerón es hoy empleado por lugareños, así como por senderistas que transcurren por la variante de la Senda de los Moriscos - Huerta de Ricote PR-MU 8.1. El desfiladero ya aparece plasmado en planos de Ricote de finales del siglo XIX, permitiendo el trasiego en el nombrado ‘Camino de Ojós a Calasparra’. Este paso montañoso también era usado por los ganaderos que empleaban la Vereda de Ojós, vía pecuaria que comunica el vecino pueblo ribereño con la denominada ‘Vereda del Puerto del Caballo y Blanca’ Como en la actualidad, el estrecho pasillo fue utilizado en siglos anteriores. En el año 1613, a finales del periodo morisco, se documenta ‘el camino que ba a la Fuente y Cagitán’, que forzosamente transcurría por El Carrerón.

Por debajo del desfiladero, el camino histórico pasa por la Fuente Buena (anterior Fuente Vieja), el principal punto que tuvieron los ricoteños para abastecerse de agua para beber. En esta zona se registra el topónimo ‘La Tahalí’ antes de la expulsión de los moriscos; nombre de lugar desaparecido que parece proceder del beréber ‘tahala’, con el significado de ‘fuente’. Esta hipótesis indicaría la presencia de población norteafricana en Ricote, el empleo de la lengua beréber y el aprovechamiento de este manantial para consumo humano en los siglos centrales de la Edad Media, momento en que se data el origen de la Huerta de Ricote y el poblamiento andalusí dado a su alrededor (finales del siglo X - siglo XI). Otra propuesta es que ‘La Tahalí’ derive del árabe ‘ta’āli’ con el significado de ‘subida a un puerto’, tal como nos sugirió Robert Pocklington. En esta suposición se da la relación de la localización del desaparecido topónimo con el inicio de la ascensión hacia El Carrerón.

Más abajo, el vigente Camino de la Fuente transcurre por el paraje agrícola de El Borge, que procede del árabe ‘burŷ’, con el significado de ‘torre’. Este toponímico está en correspondencia con los restos estructurales y cerámicos hallados en este lugar, fechados en los últimos siglos de la dominación musulmana (siglos XII y XIII). La torre pudo constituir un control de paso en este camino histórico en el periodo andalusí, lo que probaría que El Carrerón ya era empleado en la Edad Media.

Para la construcción de este tramo del camino histórico se aprovecharon las condiciones más favorables del terreno, adecuando una fractura natural y buscando un equilibrio entre la necesaria funcionalidad y el menor esfuerzo en realizarlo. Aquí se aprecian las señales dejadas en la roca por el movimiento de dos bloques que conforman una falla de desgarre, como se señala en la cartografía del I.G.M.E. Son claramente visibles los surcos longitudinales marcados sobre las paredes pétreas verticales, en algunos lugares acompañados de una película de color marrón oscuro, que evidencia que por la fractura ascendieron corrientes hidrotermales ricas en óxidos de hierro. La heterogeneidad de los materiales en origen y los posteriores fenómenos de precipitación y erosión hacen que estas marcas no sean continuas en toda la longitud de la brecha, pero permiten observar otro fenómeno bioerosivo: conjuntos de agujeros centimétricos en la pared rocosa producidos por antiguos organismos litófagos (probablemente bivalvos) cuando toda la estructura todavía se hallaba sumergida.

En El Carrerón también es fácil localizar ofitas en el camino y en los mampuestos; piedras distintas a las que mayoritariamente conforman el desfiladero, de color oscuro y más pesadas, que proceden de la cantera localizada en una cota inferior, en el cercano Cabecito Negro. Su origen también está relacionado con la misma fractura, más profunda en esa zona, que dejó salir parte de un magma, dando origen a estas rocas subvolcánicas.

Tal como nos mostró en su día el compañero ricoteño Dimas Ortega López, la mano del hombre grabó una cruz en la parte más baja de la pared natural occidental. Está fechada en algún momento impreciso a partir del año 1501, cuando la población mudéjar de Ricote se convirtió al cristianismo.