Especial Fiestas de Ricote 2023

Antonio Joaquín Carrillo Pérez: «Debemos cuidar nuestra huerta o provocaremos que se pierda totalmente»

«Veo que hemos perdido el encanto que tenía todo antes, con el verde de los árboles o cosas tan nuestras como el Lavadero o la Balsa del Molino, donde ya todo es suciedad, y me entristece que la Administración mire para otro lado ante nuestras quejas»

Antonio Joaquín, con su máquina para la eliminación de restos agrícolas, en el paraje de ‘Cabezo Alcoba’ (Campo de Ricote)

Antonio Joaquín, con su máquina para la eliminación de restos agrícolas, en el paraje de ‘Cabezo Alcoba’ (Campo de Ricote) / Laura Guillamón

Christian Nieto

Uno de los problemas más acuciantes para los trabajadores y dueños de parcelas es la normativa con respecto a las quemas agrícolas. Una circunstancia para la que actualmente se tiene que contar con un informe técnico que determine si es posible realizar la quema en las condiciones adecuadas. No obstante, el vaivén al que se ven sometidos los trabajadores es lo que ha llevado al ricoteño Antonio Joaquín Carrillo Pérez a adquirir una máquina para poder deshacerse de los restos agrícolas de una forma más efectiva que rápida. No solo hemos podido hablar con él sobre este tema, también sobre la preocupación porque se pierda algo tan nuestro como es la huerta y el campo.

¿Qué le llevó a tomar la decisión de hacerse con una de estas máquinas?

Tengo mucho terreno, por lo tanto hay muchos rastrojos y restos agrícolas, así que su adquisición fue por necesidad.

¿Lo ve como una inversión?

Sí, pero como una que nunca podré recuperar. Sería una pésima idea para los demás agricultores de la huerta que se hicieran con una así. En nuestra huerta y el campo es una mala inversión. La otra opción de no hacerme con la máquina es dejar la tierra perder, y eso sí que no lo quiero.

¿Considera que con las diversas medidas que propone la Administración al final terminan por perjudicarles?

Sí, y además ese tipo de medidas lo que van a provocar es que perdamos la huerta y el patrimonio, sumado a que no todo el mundo se puede permitir el adquirir una de estas máquinas, que debe ir acompañada de un tractor potente para moverla.

Yo tampoco puedo estar siempre atento al cambio de normativas cada vez que un nuevo político quiera, así que he tomado esta decisión porque debía hacerlo.

¿No cree que este tipo de máquinas pueden ser mejores contra la contaminación que provoca la quema?

Creo que la máquina contamina mucho más que la quema, aunque desde el Gobierno pretenda convencer de lo contrario. Nos están diciendo siempre la misma cantinela, que si debemos reciclar o limitarnos nosotros mismos mientras ellos asisten en sus vuelos privados a las cumbres internacionales, a ver quién provoca más el Cambio Climático. Se está prefiriendo más echar tierra sobre el pequeño agricultor y no nos ayudan.

¿Así que abogas por volver a lo de antes en cuanto a esta normativa?

Claro, dejar al agricultor que vuelva a lo que pasaba antes y se queme cuando se tenga que hacer. Mi padre siempre quemaba en medio de los cortafuegos y nunca ocurrió nada, así nos lo han inculcado para que lo hiciéramos sin peligro. En mi caso, la agricultura no es mi trabajo principal, pero para quien sí lo sea se le está perjudicando a él, a sus trabajadores si los tiene y a su tierra.

¿Es muy duro el trabajo con la máquina?

Por supuesto, debes estar sin quitarle ojo de encima en todo el día, además levanta mucho polvo, con lo que el que la lleva termina por respirar todos esos residuos. Por no hablar de que se generan diversos hongos que son totalmente perjudiciales para los árboles y también deja muchas astillas.

En mi caso, he sido prácticamente obligado por las circunstancias a invertir en una de estas máquinas, pero no va a ser nunca rentable para nadie.

¿Cómo ves el futuro de la huerta?

Muy negro. Nuestra huerta forma también parte del Patrimonio (tanto como la Iglesia de San Sebastián, el Palacio de la Encomienda o el de los Llamas) y debemos cuidar de ella o provocaremos que se pierda totalmente. A este paso se va a quedar tan solo para el que quiera edificar una casa.

Veo que hemos perdido el encanto que tenía todo antes, con el verde de los árboles o cosas tan nuestras como el Lavadero o la Balsa del Molino, donde ya todo es suciedad. Me entristece que la propia Administración mire para otro lado ante nuestras quejas y le dé igual dejar morir una huerta que lleva aquí tanto tiempo, por la que mucha gente vive de ella y pone todo su corazón.