Religiosidad popular en la romería del Pradico de Lorca

A hombros partían en procesión la Virgen de los Dolores, San Antonio y San Antón ‘el Viejo’, desde la ermita del Pradico, este domingo. Las imágenes llevaban unas bandas a las que los fieles adosan con imperdibles fotografías y billetes de curso legal. “Hay que asistir a la romería para pedir ayuda y volver al año siguiente, para pagar estos favores”, recordaban María Luján Ortega, licenciada en Historia del Arte, y Tomás García Martínez, licenciado en Documentación, en su artículo ‘Recorrido etnográfico por la romería del Pradico: fiesta y rito en la Navidad lorquina por San Antón’, de la Revista Alberca de los Amigos del Museo Arqueológico de Lorca.

Hacía el año 1743 ya se tenía constancia de algunos datos sobre la ermita del Pradico, por las visitas pastorales. En una de esos recorridos, cuyo testimonio se guarda en la Biblioteca de la iglesia parroquial de San Patricio, se señala que el edificio está reparado materialmente y que está en muy buen estado.

El templo fue ascendido en el siglo XX a rectoría, permitiéndose incluso la inscripción de partidas de bautismo, matrimonio y defunción. En estos momentos, únicamente se abren sus puertas para conmemorar la celebración de San Antón. Pero no siempre se celebraron sus fiestas en este día. En la rectoría de El Pradico, según informaciones aportadas por Lucas Guirao, la fiesta se celebraba por San Antonio de Padua, el 13 de junio. Un desafortunado suceso, el incendio de los campos de cultivo, ardiendo las cosechas, llevó a los vecinos y los mayordomos a cambiar la fiesta para San Antonio Abad. No hay referencias que marquen cuándo ocurrió el suceso, pero diversas notas en la prensa atestiguan que hacia 1930 la fiesta ya se realizaba en el mes de enero, como aseguran Luján Ortega y García Martínez.

La romería del Pradico es una de las celebraciones más populares del municipio. La diputación de Parrilla engloba la población de Alcalá, Campico Blanco y Los Cautivos. El pequeño templo se enclava entre la Rambla de Hortilla y la Rambla de los Arcos. Su situación privilegiada permite contemplar desde la ermita el Cejo de los Enamorados y la Peñarrubia, el Caserío de La Solana y el Monte de El Algarrobo, y el Caserío de Los Navarros, en la Sierra de Torrecilla.

La romería volvía a celebrarse después de un parón obligado por motivos de la pandemia. Las buenas temperaturas, aunque la brisa soplaba más fresca que en los últimos días, y el intenso sol acompañaban durante la procesión y la posterior jornada festiva en la que como manda la tradición decenas de familias y amigos se daban cita en torno a mesas con la mejor gastronomía lorquina.

“Hasta San Antón, Pascuas son”, afirmaba el pregonero de las celebraciones que no era otro que el alcalde, Diego José Mateos. Ensalzaba la romería desde el altar mayor del templo y con las imágenes que iban a procesionar en sus tronos de andas. San Antonio Abad o San Antonio ‘el Viejo’, como es conocido en el lugar. San Antonio de Padua o San Antonio ‘el Joven’, la Virgen de los Dolores, la Piedad con Cristo Yacente y los dos Niños Jesús.

“Son años y años, muchos, celebrando esta fiesta popular. Muchas las generaciones de lorquinos que se han sucedido en la celebración de esta fiesta”, relataba el pregonero. Poco después, los mayordomos le obsequiaban con un recuerdo por su apoyo a las celebraciones, como también lo recibía Francisco Manchón, más conocido como ‘El Caldera’, por su contribución.