El pasado 16 de noviembre fallece en Murcia, en el Hospital Mesa del Castillo, a la edad de 88 años, por una parada cardiorrespiratoria tras ser operada de cadera, Ana Moreno Moreno, más conocida cariñosamente como 'Anita del Boni'. Apelativo familiar, heredado de su padre, Jesús Moreno Ibernón ('El Boni'), alcalde de Ricote durante 14 años, y el cuarto en orden cronológico después de acabada la Guerra Civil española.

El entierro y misa funeral tuvo lugar en la Iglesia de San Sebastián del municipio, oficiada por el nuevo cura párroco, Ramón García Gómez y el cronista oficial de la villa, el sacerdote Dimas Ortega López, actual titular de la parroquia del Cristo del Consuelo de Cieza y Arcipreste de la Vega Alta del Segura, en una ceremonia muy solemne, cantada por el organista, Antonio Pérez Moreno 'Antoñele' con la asistencia de numerosísimo público, que arropó a la familia, muy compungida, en tan doloroso trance.

Persona de exquisitas maneras, muy distinguida y señorial y con el marchamo de una gran señora que, dada su versatilidad, todo cuanto ha impulsado, y ha sido mucho, en múltiples ámbitos, lo ha impregnado de un color especial, y de efectos espectaculares; debido, fundamentalmente, a su fino estilo y encanto personal, verdaderamente arrullador.

Entre otros muchos rasgos esenciales, habría que destacar, en primer lugar, su incidencia local, como especialista o diplomada en Arte y Confección, siempre puesta al día, por sus frecuentes viajes a Murcia, a veces largas temporadas. Alojada en la casa de sus tíos paternos, en el barrio de San Antolín, Gloria y Antonio: el famoso sacerdote, Antonio Moreno Ibernón, 'Antonio de la Avelina', canónigo de la Santa Iglesia Catedral y, según la época, capellán del Hospital Provincial o de la Academia General del Aire.

Con muchas alumnas, o pupilas, embobadas, que seguían sus sabias enseñanzas, tanto en Ricote como en Murcia, que se salían del marco. En un tiempo, especialmente esplendoroso, en que ejercía un rol determinante, con otras paisanas u homónimas, de gran renombre. Tales como 'Antonia del Estanco' (madre del 'Paloma'), 'Rosarico del Peón' o 'Victoria de la Frasquita', que unían, a su gran virtuosismo o destreza profesional, excelentes dotes personales, que tenían maravillado al municipio.

O como, siguiendo los pasos de su abuelo, Juan Pedro Moreno Saorín, que montó un botiquín, en la calle San Antonio, además de barbero, ella hizo lo propio, en la suya, en la calle Rambla, número 1, durante los años 1969-1974. Dependiendo jerárquicamente de Jesús Templado Castaño, natural de Abarán, pero titular de la farmacia de Blanca. Especial circunstancia que aprovechó, para atender a sus numerosos usuarios, con tal melosidad y ojo clínico, como una autentica profesional. Propiciando la venta de recetas, sin cuento, solo por el mero hecho de estar enganchados a sus faldas, dado el embrujo que les prodigaba.

O más tarde, cuando vinieron mal dadas, a la muerte de su marido, Constantino Sánchez Guillamón, en 1980, haciendo de madre coraje. Si viviendo juntos, para coadyuvar al negocio familiar, puso una tienda de comestibles, para hacer frente a las precariedades de la época. Ahora, triste y sola, y con tres hijos jóvenes, bajo su custodia y estricta responsabilidad, se las tuvo que ingeniar para salir adelante. Y, a fe de mí, que lo consiguió y con creces; de la forma más airosa. Y, de ordinario, con una clase “que sobrecogía”.

Como lo puso de manifiesto, igualmente, con la puesta en marcha con la Cofradía del Cristo de la Agonía, que presidió durante los primeros 15 años (1984-1999). Pasando desde entonces a la Presidencia Honoraria, y siendo por tanto la precursora de la actual Semana Santa Ricoteña, a la que ha seguido vinculada, junto al resto de su familia, hasta su muerte.

En tiempos, especialmente convulsos, llenos de turbulencias, en los que tuvo que exhibir, como suele decirse, para sacarla a flote, “puños de acero, con guantes de seda”, y con una trayectoria brillantísima. Nacida en febrero, de 1984, e inspirada por su tío Antonio, ya referido, fundador de la Cofradía del Cristo de la Salud de la capital murciana, junto a otras 49 personas bragadas, e inasequibles al desaliento, que la auparon al lugar más alto

Y, en años posteriores, ya en el 2007, con la creación del Grupo Polifónico Local Coraly Senior, conjuntamente con Resurrección Molina Saorín (hija de 'Pepe el Comino', Hijo Predilecto de la Parroquia y Sacristán de Honor) y de Antonio Pérez Moreno, el simpar 'Antoñele'. Cuyas actuaciones más sobresalientes, las han interpretado, en las respectivas Semanas Culturales de la Villa, llevadas a cabo en la Plaza del Pueblo, durante la segunda quincena del mes de agosto.

Bajo el impulso y coordinación de la Asociación Cultural Sancho de Llamas, presidida por su hijo mayor, Jesús Sánchez Moreno. Y así, sucesivamente, hasta su muerte traumática, después de sufrir una terrible enfermedad, cuyo hecho luctuoso se produjo el 20 de diciembre de 2017, cuando apenas tenía 61 años, en la flor de su vida, y toda una esperanzada carrera por delante. Y cuyo “golpe”, espantoso, ha ido minando progresivamente su salud, hasta este desenlace final. Pero así son los caprichos del destino y que el azar subraya con tintes tan sombríos.

Por último, y como ejemplo gráfico de su altruismo y solidaridad por los demás, una anécdota real lo ilustra claramente: la sirvienta de toda su vida, Amparo Candel Candel, que estuvo vinculada a la familia, desde la niñez, llegada la vejez, de unos y otros, queda totalmente desamparada y sin puerta a la que asirse. Y, en lugar de dejarla a su albur, o ser atendida por algún centro benéfico, sin alma alguna, veló por ella, muy celosamente, llevándosela a casa. Cuando Anita, nuestra heroína, estaba en parecida tesitura; ya muy mayor y quejumbrosa…

En justa correspondencia, quid pro quo, con lo que, la buena de Amparo, la socorriera, sacrificadamente, desde que fuera un bebé. Muriendo en sus brazos, tan débil como un pajarico. Una bonita estampa, tal como están los tiempos, que enternecen. Como hiciera, más tarde, con igual entrega, por Encarna, y su propia tía Gloria. Con la generosidad y grandeza que solo muestran los seres excepcionales, como nuestra protagonista

Lógico era que, con esta vida tan variopinta y fecunda, fuera objeto de algún homenaje especial, que reconociera de por vida, su ejemplar trayectoria. Como así le fue tributado, en el salón de actos del nuevo Ayuntamiento. Coincidiendo con la presentación del libro: Ricote, un paraíso al pie de los Almeces, promovido por el Colectivo Alquibla. Compartiendo espacio estelar, y visibilidad, con el resto de viudas galardonadas: María Jesús Saorín Ibernón (su nuera), Antonia Ruiz López y Ángela Minaya Carretero. Esposas, de sus propio hijo, Jesús Sánchez Moreno, de Bernardino Tomás López y de Celestino Guillamón Salcedo, respectivamente

Como nota curiosa, fuera de contexto, no me resisto a reproducir, la información que prosigue, y que espero les guste: “Nació Anita, en plena República, el 23/09/ 34, en el seno de una familia católica, hija de Jesús Moreno Ibernón y Clotilde Moreno Villar. Por aquel entonces no fue inscrita en el registro civil hasta 1936, para hacerla pasar por hija de su tío, el reverendo Antonio Moreno Ibernón, que la hizo pasar por su hija para evitar ser detenido”


Deja, sumidos en la desesperación, 3 hijos, Jesús (fallecido en 2017) María Gloria y Nino, 7 nietos y 3 bisnietos y el recuerdo imborrable de todo el pueblo, como el mejor legado. Y de este que suscribe, rendido admirador, y a la que siempre tuve, como paisana predilecta y mi joya personal más preciada. ¡Descanse en paz!