Tradiciones

La leyenda de Don Juan cobra vida en Lorca

Cincuenta actores del Paso Azul interpretan la obra de Zorrilla entre los muros del convento y la iglesia de San Francisco

La leyenda de Don Juan recorría media Europa durante la Edad Media. No llegaría al papel hasta que Tirso de Molina escribiera ‘El burlador de Sevilla y convidado de piedra’, en 1630. En él, Don Juan, seduce a la hija de don Gonzalo, jefe militar de Sevilla. En el de José Zorrilla, los protagonistas son Don Juan y Doña Inés. Él, un libertino seductor, que no siente ni padece. Ella, religiosa y buena que dará su vida por lograr que Don Juan no baje a los infiernos.

José Zorrilla, interpretado por Francisco José López Ponce, adentraba al público en la historia a las puertas del Museo Azul de la Semana Santa.

José Zorrilla, interpretado por Francisco José López Ponce, adentraba al público en la historia a las puertas del Museo Azul de la Semana Santa. / Pilar Wals

La salvación del ser humano por medio de valores como la fe y la bondad quiso representar José Zorrilla en ‘Don Juan Tenorio’, en el que no falta el amor, que a veces surge de forma insospechada donde menos se le espera. El antiguo convento y la iglesia de San Francisco ofrecían anoche el mejor de los escenarios para la representación, con un guion adaptado a cada uno de los distintos escenarios por el escritor lorquino José María Pérez-Muelas Alcázar.

El antiguo claustro de San Francisco acogía el primer acto que sucedía en la Hostería del Laurel de Buttarelli, en Sevilla.

El antiguo claustro de San Francisco acogía el primer acto que sucedía en la Hostería del Laurel de Buttarelli, en Sevilla. / Pilar Wals

Y, entre acto y acto, se colaron personajes como el propio José Zorrilla, Lazarillo de Tormes, la Celestina, la Lozana Andaluza y Garcilaso de la Vega, interpretados por Francisco José López Ponce, Adrián Páez, Henar San José, María Ramona Molina Pinar y Jorge Ruiz Moreno, respectivamente, que sirvieron de lazo de unión entre una y otra escena que se desarrollaban en lugares tan dispares como la entrada al Museo Azul de la Semana Santa, el carrerón de San Francisco, el antiguo claustro del convento de San Francisco, la gruta de la Virgen de Lourdes, la sala de exposiciones temporales del Mass, la sacristía y la iglesia de San Francisco.

Don Luis Mejía, Valentín Cadenas García, relatando una a una sus hazañas para ganar la apuesta.

Don Luis Mejía, Valentín Cadenas García, relatando una a una sus hazañas para ganar la apuesta. / Pilar Wals

Es la noche de Carnaval. Don Juan y don Luis Mejía se hacen una apuesta mientras beben. En un año deberán mostrar quién de los dos es capaz de obrar peor. Todo vale en esta pugna, el que se bata en más duelos, el que seduzca a más doncellas… Al paso de un año, deberán reencontrarse en el mismo lugar, la Hostería del Laurel de Buttarelli, en Sevilla, para enumerar una a una sus hazañas.

Lazarillo, Adrián Páez, ponía fin a la escena de la Hostería del Laurel y llevaba a los espectadores hasta la siguiente, que tenía como escenario la gruta de la Virgen de Lourdes.

Lazarillo, Adrián Páez, ponía fin a la escena de la Hostería del Laurel y llevaba a los espectadores hasta la siguiente, que tenía como escenario la gruta de la Virgen de Lourdes. / Pilar Wals

Así lo hacen. Don Juan, Ignacio Domingo Huertas, y don Luis Mejía, Valentín Cadenas García, mantienen un duelo dialéctico en el antiguo claustro del convento de San Francisco. Entre mantos bordados en oro y sedas van relatando cada una de las ‘maldades’ que han protagonizado sus vidas en los doce últimos meses. A su alrededor, Buttarelli, Antonio Filiberto López Díez; Ciutti, Joaquín López Lorca; don Diego, Pedro Cazorla Díaz; el comendador, José María Martínez Pérez; el capitán Abellaneda, José Luis Ruiz Guillén; el capitán Centellas, Joaquín López López; las taberneras, Juani Noguera Alarcón, Raquel Cantó Esteban, Silvia Carrillo Sánchez, Marisol Moreno Richarte, Paloma Mondéjar y Melody Moreno Martínez; y el librepensador, Mariano Mateos Ruiz.

Entre los actores, el edil de Seguridad Ciudadana, José Luis Ruiz Guillén, y el jefe de Protocolo del Ayuntamiento, Ignacio Domingo Arcas, a los que saludaban al término de su representación el alcalde, Diego José Mateos, y la edil de Cultura, María Ángeles Mazuecos.

Entre los actores, el edil de Seguridad Ciudadana, José Luis Ruiz Guillén, y el jefe de Protocolo del Ayuntamiento, Ignacio Domingo Arcas, a los que saludaban al término de su representación el alcalde, Diego José Mateos, y la edil de Cultura, María Ángeles Mazuecos. / Pilar Wals

Magistral la representación de Ignacio Domingo y Valentín Cadenas. Por exigencias de la situación, el primero actuó con una pierna escayolada, este año sus intervenciones no les permitían deambular por el escenario. A pesar de ello, lograron captar la atención del público y representar su papel con maestría.

Lazarillo de Tormes, Adrián Páez, ponía el punto y final a la escena que sucedía en el antiguo claustro de San Francisco, e invitaba al público a desplazarse a lo largo del carrerón hasta otro claustro, el de la gruta de la Virgen de Lourdes. Allí, a la luz de las velas, relataba lo que iba a suceder a las puertas de la casa de doña Ana. Tomaban, entonces, el testigo un nuevo Don Juan, Juan Antonio Galindo Martínez; don Luis Mejía, Andrés Vacas Muñoz; y Ciutti, Alejandro Piña Giner. A ellos, se sumaban doña Brígida, Diana Murcia Guilabert; doña Ana de Pantoja, María Vacas Miñarro; y Lucía, Memen Martínez Artiz.

Don Juan, Antonio Montiel, tras acabar con la vida de don Gonzalo de Ulloa, Clemente López Sánchez, y don Luis Megía, Arturo Latorre, en el tercer acto que se desarrollaba en la sala de exposiciones temporales del Mass.

Don Juan, Antonio Montiel, tras acabar con la vida de don Gonzalo de Ulloa, Clemente López Sánchez, y don Luis Megía, Arturo Latorre, en el tercer acto que se desarrollaba en la sala de exposiciones temporales del Mass. / Pilar Wals

Nuevo cambio de escenario que llevaría a los espectadores a recorrer algunas de las principales salas del Museo Azul de la Semana Santa hasta su sala de exposiciones temporales. Antes, la Celestina, Henar San José, sitúa a los presentes en dos escenarios, en el convento de la Virgen y la Quinta de Don Juan. Es el turno de otro Don Juan, Antonio Montiel; don Luis Mejía, Arturo La Torre; Doña Inés, Ana Fernández Moyano; Brígida, Lola Gutiérrez Pérez; Gonzalo de Ulloa, Clemente López Sánchez; y Ciutti, Alberto Carlos García Aráez.

Javier Albarracín Edo, Ginés Rubio Vidal, Rafael López Rienda, Lorena Campos Muñoz y Andrés González Hernández, durante el último acto en la iglesia de San Francisco.

Javier Albarracín Edo, Ginés Rubio Vidal, Rafael López Rienda, Lorena Campos Muñoz y Andrés González Hernández, durante el último acto en la iglesia de San Francisco. / Pilar Wals

Escenas de amor, duelo de espadas y la muerte de dos de los protagonistas se suceden en este acto que vislumbra el certero final que tiene lugar en la iglesia de San Francisco. Hasta allí se adentraron los espectadores tras atravesar la Sacristía. Antes, la Lozana Andaluza, María Ramona Molina Pinar, en su doble papel de actriz y directora, relata lo que está a punto de suceder.

El templo aparece únicamente iluminado por la luz de las velas. Tres esculturas presiden la escena, las de don Gonzalo Ulloa, Ginés Rubio Vidal; la de Doña Inés, Lorena Campos Muñoz; y la de don Luis Mejía, Andrés González Hernández. Un escultor, Rafael López Rienda, da los últimos retoques con su cincel y martillo mientras el público se adentra y ocupa los bancos de la nave central.

Actores y equipo de dirección, instantes antes de iniciar las representaciones, en el altar mayor de la iglesia de San Francisco.

Actores y equipo de dirección, instantes antes de iniciar las representaciones, en el altar mayor de la iglesia de San Francisco. / Pilar Wals

Este relata a un sorprendido Don Juan los últimos acontecimientos que llevaron a la muerte a Doña Inés. Amor y arrepentimiento se dan cita, mientras el pecador, Don Juan, se arrepiente de la mala vida que ha llevado. Impresionante esta última escena con un Don Juan que se transforma en el verdadero personaje al que da vida. Mientras la melodiosa voz de su amada, una joven Lorena Campos, intenta evitar que baje a los infiernos. Ambos logran magia en el tramo final de la obra.

La despedida la protagonizan Garcilaso de la Vega, Jorge Ruiz Moreno; y los frailes, Pedro Romera, Isidro Daniel Sánchez Bautista y Agustín Hernández. Atentos a todo y todos, el productor ejecutivo, Juan José García Mínguez, y su ayudante, Tana García Mínguez.

La Noche del Tenorio se ha convertido en un clásico en la ciudad, desde que el grupo ‘Las Caretas’ del Paso Azul lo representa. Anoche, se llevaron a cabo cinco funciones. De madrugada concluía la última. Los distintos escenarios permiten que se sucedan casi al unísono. Medio centenar de actores interpretan la obra de Zorrilla. Este año con dos Don Juan ‘lesionados’. Uno, realizaba su interpretación desde una silla con un pie en alto escayolado. El otro, ayudado de un bastón, también por una lesión. Sin embargo, el público no percibió cambio alguno en sus interpretaciones con respecto al resto de actores. De nuevo, estos nóveles, dejaron a todos impresionados.

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