La ermita de San Lázaro y su entorno están ya en la recta final de las obras que han logrado la puesta en valor de un monumento para el que se reclamaba desde hace décadas su rehabilitación. Porque con este proyecto no solo se volvía a levantar la ermita –de la que apenas quedaban unos lienzos en ruinas en pie–, sino que también se elaboraba un plan para transformar toda la zona, logrando espacios para el ocio y habilitando rutas de senderismo que enlazan con otras que recorren los enclaves más inmediatos de la ciudad.

Las actuaciones, estos días, abarcan los acabados y detalles finales, como reconocía en declaraciones a La Opinión la edil de Fomento, Isabel Casalduero, que afirmaba que la escultura que se proyecta para la fachada del viejo templo está muy avanzada. Se trata de una talla en piedra de Nuestra Señora de los Remedios idéntica a la que se muestra en una fotografía de José Rodrigo de 1890 y un dibujo de Enrique Espín de 1935.

La imagen está siendo esculpida por el director del Taller de Restauración, el escultor Antonio García Rico. «Será idéntica a la que ocupaba la hornacina», señalaba Casalduero. De esta forma, se recupera la advocación del templo, dedicado no solo a San Lázaro, sino también a Nuestra Señora de los Remedios. Y algunos también piden que no solo se recupere la advocación, sino también la tradición de sacar a San Lázaro en romería. El patrono de leprosos y mendigos, de Alonso de Mena, de mediados del XVII, que coronaba el retablo principal de la ermita de Nuestra Señora de los Remedios y Señor San Lázaro, se muestra en una urna en una de las capillas de la antigua colegial de San Patricio.

Algunos vecinos esperan que tras la recuperación del monumento se pueda celebrar el conocido como ‘Viernes de San Lázaro’, en que se procesionaba la imagen por los aledaños de la ermita. Pero también se solicita que pudiera volver el culto a la ermita en momentos puntuales, como en los días en que se celebra la festividad de las dos advocaciones del templo. Preguntada por el uso futuro del monumento, la edil de Fomento aseguraba que «en estos momentos estamos abiertos a todas las aportaciones».

La transformación de un barrio

El barrio de San Lázaro, la ‘Ramblilla de San Lázaro’, como popularmente se le conoce, ya no es aquel lugar pegado a la autovía A-7 con viejas casas y las ruinas de una ermita al fondo. Su transformación en los últimos meses ha llevado a crear un espacio que se proyecta como uno de los lugares de máximo interés urbanísticamente hablando. La recuperación de la ermita y su entorno ha creado un espacio amable que llevará a que la transformación también se produzca en muchas de las viejas viviendas del lugar. La construcción del Vial de los Barrios Altos permitirá la conexión de San Lázaro con San Pedro, Santa María, San Juan y la carretera de La Parroquia. Y la creación de zonas de ocio y esparcimiento y de rutas de senderismo lo convertirá en un lugar más concurrido de lo que lo había sido hasta el momento. Incluso las dificultades de aparcamiento que presentaba se han abordado con rehabilitación de solares, muchos de ellos cedidos por los vecinos.