La romería más esperada de la última década en Cieza se pudo celebrar este domingo y la Virgen del Buen Suceso descansa en su santuario del collado de la Atalaya. Finalmente, la meterorología dio un respiro y, a pesar de que se suspendió la verbena del sábado por temor a las lluvias, se pudo celebrar el plato fuerte de la tradición: el ascenso procesional de la patrona ciezana al monte que alberga su morada.

Escoltada en su camino por miles de fieles, la Virgen del Buen Suceso partió en procesión, desde la Iglesia de la Asunción, hacia la que será su casa durante todo el año, mientras la emoción y la alegría embargaban el ambiente. De hecho, está romería era muy deseada después de tres suspensiones consecutivas, las únicas que se han producido desde que comenzará la tradición en 1963. En 2019 se tuvo que suspender debido a los daños producidos por la DANA en el camino de ascenso; en 2020 y 2021 la causa de que no se celebrase fue la pandemia del coronavirus y sus restricciones; y este año las previsiones metereológicas crearon la incertidumbre entre la ciudadanía de que tampoco se pudiese llevar a cabo.

Sin embargo, todo salió bien y el fervor popular se extendió por el mítico monte ciezano. Posteriormente, muchos de los fieles que acompañaron a la virgen se quedaron en la Atalaya para almorzar y comer como mandan los cánones de la romería ciezana. Por tanto, la romería más esperada tuvo un final feliz que sirvió de bálsamo a los fieles para olvidar las penurias de las últimas ediciones suspendidas.