Imposible no sentirse identificado con alguna de las casi ochenta propuestas de la edición cuarenta y tres de los Juegos Deportivos del Guadalentín. No hay excusa posible para no calzarse las zapatillas y echarse a la calle. Las ‘Olimpiadas’ lorquinas volvían sin restricciones tras tres años en que las pruebas no se podían celebrar o no lo hacían con total normalidad. Y la respuesta no se ha hecho esperar. La jornada inaugural, la marcha popular, llevaba hasta la Plaza de España a más de un millar de participantes.

Largas colas para inscribirse, aunque la espera se hacía llevadera con las actividades que los monitores municipales proponían desde el escenario. Una ‘marea’ fucsia inundaba la ciudad y sus barrios con familias completas que disfrutaban, después de tres años de pandemia, de una jornada festivo deportiva y solidaria, ya que se visibilizaba a la Asociación de Fibromialgia, Afilor, dando a conocer su imprescindible labor en la ciudad.

Un recorrido de 5,5 kilómetros llevaba a los participantes por distintos enclaves para anunciar que durante seis semanas el deporte ‘toma’ la ciudad. La jornada inaugural también servía para visibilizar la ruta de los ’10.000 pasos saludables’ que se ponía en marcha la pasada primavera. De vuelta a la Plaza de España se llevaba a cabo el acto inaugural oficial que se iniciaba con la proyección de un vídeo cuya temática ponía en valor el esfuerzo que cada año realizan los Juegos deportivos del Guadalentín por promocionar el deporte popular y la actividad física entre la población.

Y se producía el acto simbólico de relevo del ‘Embajador de los Juegos Deportivos del Guadalentín’ entre José García Murcia y Ginés Antonio Vidal Ruiz, con la entrega de la camiseta y la medalla conmemorativa. Unas horas después el fútbol, squash, tenis de mesa y la orientación eran los protagonistas en distintas instalaciones de la ciudad. Y, de nuevo, la Peñarrubia Lorca Trail se convertía en una de las pruebas del calendario con mayor afluencia de deportistas, casi 700, a la vez que continúa siendo de las actividades más atractivas de los Juegos Deportivos del Guadalentín.

Los asistentes a la jornada inaugural disfrutaban en la Plaza de España de una sesión deportiva dirigida desde el escenario por monitores municipales. L.O.

En su décima edición estrenaba recorrido con distancias más largas, incluyendo una modalidad de senderismo más asequible, e incorporando nuevas formas de participación como la competición por parejas mixtas. Partía del colegio Pérez de Hita, en el barrio de La Viña, con una distancia –la larga- de 26 kilómetros y un desnivel de 1.632 metros. Y en la de senderismo, los participantes recorrían 11 kilómetros con un desnivel de 930 metros. Pero quizás lo más destacable de esta prueba es su componente solidario, ya que la recaudación se destinaba a la Asociación de Padres y Madres del Centro de Atención Temprana de Lorca, Apat, para que puedan seguir trabajando en beneficio de los niños.

La orientación llevaba a la prueba de la liga regional a participar a unos 244 corredores. La agenda se iniciaba con un curso que cada año reúne a aquellas personas que quieren aprender las primeras nociones sobre orientación como interpretación de mapas, cartografía, balizas y conceptos básicos. En esta ocasión veinte personas se sumaban a la jornada para adquirir los primeros conocimientos de la mano de los monitores del Club Lorquino de Carreras de Orientación. La última semana llevaba a hacer deporte a los mayores, pero también se celebraban jornadas de voleibol, senas, aquazumba, automovilismo, balonmano, parapente, ciclismo, pesca deportiva, baloncesto y senderismo.

En la ruta de senderismo al Cejo de los Enamorados participaban casi medio millar de personas que partían bien temprano desde la muralla medieval junto al antiguo convento de la Merced. Desde allí, por el cauce del río Guadalentín llegaban a La Quintilla, para enfilar la senda hasta el Cejo de los Enamorados. Y la vuelta se producía por el sendero que lleva hasta Los Pilones. Las ‘Olimpiadas’ lorquinas están inmersas en su tercera semana en la que continuaban los ‘Lunes saludables’. Este jueves habrá una exhibición de boxeo y la charla ‘Travesía transoceánica en barco de remo’. Ajedrez, golf, atletismo, voleibol, tiro con arco, petanca y baloncesto, serán otras de las disciplinas incluidas en el calendario para estos días.

Pancarta que abría la marcha popular de la cuarenta y tres edición de los Juegos Deportivos del Guadalentín. L.O.

Entre las pruebas en las que más se echaba de menos la normalidad está la Travesía de Montaña que cada año lleva a un enclave natural del municipio a cientos de participantes que suelen pasar la noche en tiendas de campaña. Este año volverá a celebrarse, sin restricciones, a comienzos de octubre. La clausura llevará nuevamente a cientos de participantes a montarse en sus bicis y recorrer la ciudad vestidos con disfraces en una jornada que pondrá el punto y final a la edición cuarenta y tres de los Juegos Deportivos del Guadalentín.

Hasta entonces, continuarán las actividades que están logrando cifras de antes de la pandemia. Y todo, a pesar de que estos días la masiva presencia de actos y la coincidencia obligan a muchos a elegir entre distintas opciones. El principal objetivo de los Juegos del Guadalentín sigue vigente cuando se cumplen 43 años de su inauguración. Fomentar la actividad física. Las ‘Olimpiadas’ lorquinas no podrían celebrarse sin uno de sus principales baluartes, los voluntarios. Unos doscientos integran el conjunto de pruebas de los Juegos Deportivos del Guadalentín. Hay pruebas específicas con ‘colaboradores’ fijos, como la Travesía de montaña, con una nómina de voluntarios que suma casi un centenar. Pero también existe un grupo que acude a la mayor parte de actividades que se convocan y que se encargan de las inscripciones, reparto de camisetas y avituallamiento.

Durante la inauguración, tanto el alcalde, Diego José Mateos, como la edil de Deportes, Irene Jódar, se referían a ellos. “Su presencia es muy necesaria, por lo que les agradecemos su continua labor en cada una de las pruebas a las que acuden. Son los primeros en llegar y los últimos en marcharse”, destacaba Irene Jódar.