El consejero de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca, Medio Ambiente y Emergencias, Antonio Luengo, ha participado este lunes la playa de Bolnuevo, en Mazarrón, en la liberación de un ejemplar juvenil de tortuga boba ('caretta caretta') que había sufrido un enmallamiento en artes de pesca ilegales en área de La Azohía, según han informado fuentes de la Comunidad en una nota de prensa.

Luengo ha explicado que el quelonio, de unos tres años de edad y tres kilos de peso, fue detectado el pasado 23 de agosto por la embarcación de una empresa de avistamiento de cetáceos enredado en basura marina, en concreto en un arte de pesca ilegal formado por botellas de plástico e hilo de nailon.

Tras el izado de la tortuga al barco se activó el protocolo regional, con aviso al '1-1-2', y éste al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de la Comunidad Autónoma en El Valle, que se desplazó hasta el puerto de La Azohía (Cartagena) para la recogida del ejemplar.

Una vez en las instalaciones que la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca, Medio Ambiente y Emergencias posee en La Alberca, el animal fue sometido a tratamiento de rehidratación, antibiótico y analgésico, ante el que reaccionó bien, recuperando una condición física adecuada para el regreso a su hábitat natural.

Luengo ha subrayado que "la interacción con basura marina, ya sea en forma de enmallamientos en basura marina flotante, como es el caso, o por ingestión de residuos plásticos, constituyen una de las mayores amenazas a las que se enfrentan las tortugas marinas y se convierten en la principal causa de ingreso de estos animales en el Centro de Recuperación".

Asimismo, ha recordado que las recomendaciones en caso de encontrar una tortuga marina, viva o muerta, comienzan por dar aviso al '1-1-2', y en caso de hallarse viva, y una vez recogida, mantenerla en seco y recordar siempre que el animal debe ser tratado por personal especializado.

En caso de avistar una tortuga marina muerta también se debe avisar al '1-1-2', ya que la información que se obtiene de estos cadáveres mediante necropsia es valiosa para la corrección de los factores de amenaza que les afectan.

La tortuga liberada va identificada con un microchip subcutáneo en el lado izquierdo del cuello y una chapa metálica en su aleta anterior derecha, lo que permitirá identificarla en caso de ser recapturada en algún momento de su vida y recopilar información acerca de aspectos tales como movimientos migratorios o amenazas globales que afectan a la especie, factores de vital importancia para su conservación.

El consejero puso de relieve la importancia que tiene desde 2017 para la nidificación y conservación de esta especie la campaña 'Territorio Tortuga', "con la que buscamos la implicación de la población como colaborador necesario para el éxito reproductor de la tortuga boba, especie amenazada de reciente aparición en las playas de la Región, a través de acciones de divulgación, formación y voluntariado ambiental".

Las actuaciones desarrolladas han permitido identificar un número considerable de rastros de anidación y confirmar hasta tres nidos de tortuga boba en las playas de la Región en los últimos cuatro años.

La tortuga boba se clasifica como 'Vulnerable' según el Listado de Especies silvestres en régimen de protección especial y del Catálogo español de especies amenazadas; y como 'En peligro' para la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Este animal se libera dentro de las actuaciones encuadradas en el proyecto de "Profundización en el conocimiento de las amenazas que afectan a los cetáceos y tortugas marinas en la Región de Murcia" concedido por la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia 2021, financiado por la Unión Europea.