En agosto, cuando todos se dedican a recorrer mundo, los hay pendientes de que los planes vayan conforme a lo previsto, que no haya contratiempos. Y si estos se producen, resolverlos de inmediato para que nada, ni nadie, pierda un solo instante de sus vacaciones. Es lo que tiene dirigir una empresa de transportes de viajeros, pero también una agencia de viajes. Y, a ello, se suma la vuelta a la normalidad de las acciones comerciales que por todo el mundo lleva a cabo la Cámara de Comercio de Lorca que también gerencia la Feria de Artesanía de la Región de Murcia, Feramur, que este año presenta importantes novedades. Al frente de todo, Juan Francisco Gómez, presidente de la Cámara de Comercio que al ser preguntado si está de vacaciones contestaba tajante: “Trabajando y al pie del cañón”.

Es su particular verano “a caballo entre Águilas y Lorca”, aunque aseguraba que “viajo, pero ya se sabe, en casa del herrero, cuchillo de palo”, reía. Las vacaciones familiares se sucedían en julio. Entonces, placer y trabajo, se mezclaban en Suecia, a donde acudía a visitar el nuevo museo de Volvo. “Está desde el primer coche que crearon en 1927 hasta los últimos modelos, bólidos de carreras históricos y sorpresas como un caza”, con el que se fotografiaba durante el recorrido que realizaba por el museo, íntegramente construido en madera, un homenaje a la arquitectura tradicional escandinava y un nuevo hito para la ciudad de Gotemburgo.

Y de Suecia a Italia, para recorrer Florencia, Roma y Bolonia. Pero no para conocer sus monumentos o lugares de interés, sino para visitar hoteles. “Hemos estado viendo establecimientos hosteleros para la temporada que viene, para mandar a nuestros clientes durante sus viajes a las principales ciudades de Italia”, explicaba. En Hungría el trabajo quedaba relegado a un segundo plano y cobraba protagonismo el placer. “Nos apetecía ver Budapest y aprovechando que hay un vuelo directo desde la Región nos fuimos a pasar unos días en familia recorriendo distintas ciudades de Hungría. La verdad es que me ha impresionado mucho el país”, apuntaba.

Pero no todo es trabajo estos días. También disfruta de la playa de Las Delicias, en Águilas, aunque hace escapadas a San Juan de los Terreros. “Suelo ir a la playa del Calipso. Allí era donde me llevaban mis abuelos cuando era pequeño”. Y este lunes, precisamente, cumplía con una tradición familiar que se remonta a tiempos de sus tatarabuelos. “Acudimos cada 15 de agosto, Día de la Virgen, a la Santa de Totana. Allí tenemos la costumbre en ese día de oír misa. Nos vamos en autocar y nos juntamos unos 40 o 50 de la familia, partiendo desde Puerto Lumbreras, que es de donde nosotros somos”, relataba.

La primera vez que emprendieron este viaje, recordaba, aún no había autobuses. “Esto se remonta a los coches de caballos. Mi tatarabuelo organizaba un viaje y todos iban en ese día a la Santa de Totana. Mi tatarabuelo le dejó el encargo a mi bisabuelo y, este, a mi abuelo... Y un día mi me dijeron: ‘Te dejo el encargo’. Y, supongo, que mis hijas tienen todas las papeletas de heredar esta tradición”, contaba.

Ninguno de sus autobuses se echa a la carretera sin haber recibido la oportuna bendición que, aseguraba, siempre la reciben en la Santa. Sus viajes suelen producirse en invierno y siempre están marcados por destinos aún ausentes de sus recorridos. Ha viajado por todo el mundo. “En autobús me he recorrido casi toda Europa. Durante años fui conductor de autobús. Ahora ya no me dejan". Y es tajante cuando se refiere a las infraestructuras de nuestro país en cuanto a carreteras. “No tenemos nada que envidiar. Todo lo contrario. Estamos al nivel de Francia o Alemania”.

Aprovecha para aconsejar viajar en autobús. “Es un placer poder ir viendo el paisaje, parar de cuando en cuando y conocer a la gente con la que viajas. Y, además, es barato, por lo que para los jóvenes es una manera de conocer mundo. La gente joven suele moverse mucho en este medio de transporte”.

Guarda con cariño aquellos veraneos de niño. “Eran, sobre todo, despreocupados. Te daban las vacaciones en el colegio y al otro día te plantabas en la playa y no volvías hasta septiembre, negro como el tizón”, reía. Las Delicias ha sido siempre su playa, la misma que ahora pisan sus hijas. “Soy de tradiciones y allí, me siento muy a gusto”. Por viajar, le gustaría ir a Asía que “apenas he recorrido” y a Sudamérica. Pero eso quedará para otro verano, porque este está en la recta final y llega septiembre, que viene apretando. “El equipo de la Cámara de Comercio está trabajando con intensidad para ofrecer una Feria de Artesanía con normalidad absoluta, después de estos años de pandemia y de una celebración –el pasado año- con determinadas restricciones. Hemos hecho un gran esfuerzo que esperamos se vea recompensado”.

Y antes de concluir recuerda que viajar en autobús “es toda una experiencia” al alcance de todos y que permite “conocer mundo, pero también conocer a los que viajan contigo”. Ahí queda.