La Virgen del Cisne se hacía esperar. La imagen, una de las más veneradas de Ecuador, cruzaba el umbral de la iglesia de San Mateo bien entrada la noche de este lunes. La pequeña talla lucía los colores de la bandera nacional de la República del Ecuador, tres franjas horizontales, una superior amarilla y dos inferiores azul y roja. Lo hacía en su manto, pero también en su vestido. Y hasta el Niño que portaba en uno de sus brazos llevaba la Insignia Nacional de ese país. El trono también aparecía decorado con rosas en las tres tonalidades, azul, amarillo y rojo.

Al grito de “Y que viva la Virgen del Cisne” se iniciaba el cortejo que era amenizado en el atrio de la iglesia de San Mateo por cánticos que le dedicaba una mujer. Poco después, comenzaba la procesión que recorría la calle Lope Gisbert, Príncipe Alfonso, Cuesta de San Francisco, Alfonso X el Sabio, Fernando el Santo y Selgas, para llegar a la Plaza de España. Allí numeroso público aguardaba a la Virgen del Cisne, cuya devoción saltaba desde El Cisne y se expandía alrededor de todo Ecuador e incluso está presente en ciudades como Nueva York.

La iglesia de San Mateo acogía instantes antes de la procesión una misa que abarrotaba la nave central del templo. Pilar Wals

A Lorca llegó a finales de los 90. Fue entonces, cuando se estableció una pequeña imagen, réplica de la que se encuentra en El Cisne, en la iglesia de San Mateo y desde entonces, se celebra su procesión cada 15 de agosto. Sin embargo, la pandemia obligó a suspender las celebraciones que este año se retomaban, aunque con menor presencia de público. Unas mil personas, según fuentes de la Policía Local, se daban cita en el interior de San Mateo y en sus aledaños, aunque a ellas había que sumar varios cientos más que aguardaban la llegada de la imagen a la Plaza de España.

En este lugar se celebraba una danza típica con la ‘vaca loca. Y se retomaba el trayecto por la calle Álamo y Lope Gisbert para devolver a ‘La Churonita’, como se le conoce popularmente, a su templo, la iglesia de San Mateo. Es tradición que acudan a esta procesión ecuatorianos que residen en la ciudad y en distintas pedanías, pero también lo hacen desde municipios limítrofes como Puerto Lumbreras, Totana, Mazarrón y Águilas.

Cientos de personas acudieron a la celebración en honor a la Virgen del Cisne, Patrona de Ecuador. Pilar Wals

Tanto a la salida del cortejo, como a su recogida, se vivían imágenes repletas de emoción. Los móviles en alto grababan la procesión con el fin de hacerla llegar a familiares y amigos. Algunos recordaban que fue el actual obispo de la Diócesis de Cartagena, monseñor José Manuel Lorca Planes, quien, siendo vicario episcopal de Lorca, propuso al colectivo de ciudadanos ecuatorianos residentes en Lorca la posibilidad de traer hasta la ciudad una réplica de la imagen de la Virgen del Cisne, muy venerada en el país andino. Desde entonces, preside uno de los altares laterales del templo. Un castillo de fuegos artificiales se lanzaba cuando llegaba a la Plaza de España. La imagen se recogía poco después de las once de la noche.