Dos años en el dique seco. Dos años soñando con poder volver a llenar la mochila y recorrer el mundo. Dos años interminables en los que los destinos soñados se agolpaban –a modo de guías, folletos y recortes- a un lado de la mesa a la espera de tiempos mejores. “Quería salir, salir a donde fuera, pero salir. Olvidarme de esta pesadilla de los dos últimos años y llenar una maleta, coger un avión, recorrer lugares desconocidos… Necesitaba dejar atrás ese sentimiento de preocupación que nos persigue desde que comenzó la pandemia. Hasta las colas en los aeropuertos echaba de menos”, afirmaba Ramón Mateos Padilla, presidente del Paso Blanco.

La frase del Dalai Lama, “Una vez al año viaja a un lugar en el que nunca hayas estado antes”, parece escrita a propósito de Ramón. “Cada verano he hecho un viaje a un lugar distinto del mundo. He recorrido muchos países y necesitaba volver a esta rutina. Es mi primer recorrido fuera, después de todo lo sucedido, y lo estoy disfrutando a tope. Está siendo muy emocionante. He vivido estos últimos años con la esperanza de volver a viajar”, reconocía.

Su destino, Islandia, es quizás el situado más al norte de todos los que ha visitado. “Estuve en Noruega, un país espectacular, pero Islandia es impresionante”. Está recorriendo el Círculo Dorado de Islandia entre cascadas, lagos y áreas geotermales. “Arrancamos en el Parque Nacional de Thingvellir, que se encuentra entre dos continentes, América y Europa, y continuamos por el área geotermal de Geysir. Allí hemos podido contemplar uno de los géiseres más grandes del país, Strokkur, con una actividad constante, lanzando agua y vapor de agua a decenas de metros de altura”, explicaba emocionado.

Cascadas de vértigo como la de Dettifoss, la más caudalosa del continente, y unas magníficas vistas del lago Mývatn. “La laguna glacial de Jökulsárlón es uno de los lugares más espectaculares. La hemos recorrido en barco anfibio entre icebergs. Y he podido conocer el glaciar más grande de Europa, Vatnajökull, rodeado por lenguas glaciares con grietas y de las que parecían emergen volcanes activos”. A colación de los volcanes activos contaba que “en estos momentos hay uno. Los lugareños nos recordaban que hace años, al entrar en erupción un volcán, se suspendió el tráfico aéreo durante seis días, pero llegados a este punto, lo que tenga que ser, será”.

Estos días valora más aún si cabe la fruta y verdura de la conocida como ‘Huerta de Europa’, Murcia. “No hay campos de cultivo. Lo traen todo de fuera del país, por lo que se aprecia mucho este tipo de productos”. Pero lo que sí están comiendo es pescado. “El salmón y el bacalao están muy presentes en la mesa de Islandia, pero también el cordero ocupa un lugar muy destacado”. Y el dinero, físico, es casi inexistente. “Ayer fui a comprar un plátano y al ir a pagarlo, saqué unas monedas, pero me pidieron que lo hiciera con tarjeta. Aluciné. Aquí el dinero no vale para nada”.

Es de los pocos gastos que ha tenido estos días, aunque al comienzo de la expedición tuvo que hacer una inversión no prevista en ropa. “No he visto el sol en todos estos días. La temperatura está entre los 10 y 14 grados y no ha dejado de llover. Pero no es la lluvia a la que nosotros estamos acostumbrados, ésta es de esas que te cala, por lo que me tuve que pertrechar de pantalones y algún chubasquero para hacer frente al clima”, relataba.

Como siempre, se lanza a la aventura sin conocer a nadie. “Vamos un grupo de veinte personas, todos españoles. Hay de todas partes, Bilbao, Sevilla, Madrid… y hasta de Huércal Overa y Puerto Lumbreras. Ha sido toda una sorpresa encontrarlos”. Por supuesto, asevera, está aprovechando para difundir las bondades de la Semana Santa lorquina. “Hay que hacer campaña por todo el mundo”. Y apuntaba que entre las sorpresas del país está “el caballo islandés. Es único en el mundo por la pureza de su raza y por sus condiciones extremas de vida. Para preservarlo no puede salir ningún ejemplar del país, pero tampoco entrar caballos de fuera, por lo que no podremos llevárnoslo a los Desfiles Bíblico Pasionales de Lorca”, bromeaba.

Estos animales son dóciles y fácilmente domables, por lo que en los próximos días llevarán a cabo un paseo en ellos. Y esta misma mañana ha podido avistar ballenas en un recorrido que han realizado desde Húsavik. La jornada estaba repleta de novedades, ya que también han podido disfrutar de las vistas de la famosa cascada Dettifoss, la más caudalosa del continente. Los hoteles donde se alojan están en medio del campo. “Tienen un aire Ikea, con mobiliario de esas características, sencillos, pero muy cómodos”.

La tranquilidad es absoluta. “Me está permitiendo coger fuerzas, porque septiembre viene repleto de actos en torno al veinticinco aniversario de la coronación canónica de la Virgen de la Amargura. Estamos muy ilusionados. Vamos a hacer algo histórico para rememorar esa efeméride. Queremos que los jóvenes que no tuvieron la oportunidad de vivirla, puedan hacerlo recordando todo lo que sucedió”, explicaba Mateos.

En unos días regresará y dejará atrás el frío, la lluvia y volverá a ver el sol. “Tenía interés por ver la salida y la puesta del sol de Islandia, pero hasta el momento ha sido imposible”. Entonces, volverá a Águilas, lugar donde también aprovechará para descansar unos días “a una temperatura muy diferente”, reía. Y aconsejaba viajar, viajar a cualquier lado, “porque te hace olvidarte de todo, pero –sobre todo- porque desconectas y se necesita hacerlo, aunque sea una vez al año”.