En la Torre de la Horadada no es el alcalde de Lorca, ni siquiera Diego José Mateos. “Aquí me conocen por Diego, el marido de Alicia”. Y este verano más de uno lo ha podido confundir con un instalador de ventiladores a domicilio. “Me he hecho casi un máster. Un auténtico experto en montar ventiladores de techo”, afirmaba entre risas. Ya ni recuerda desde cuándo veranean en la Torre de la Horadada, una pedanía de Pilar de la Horadada, municipio de Alicante. “Somos una especie de okupas’ en casa de mis suegros. Venimos desde hace más de veinte años. Aquí nos reunimos cada verano gentes de Madrid, Molina de Segura, Alcantarilla… un vecindario de toda la vida que únicamente nos vemos en estas fechas”, contaba.

Es madrugador. A las siete y media de la mañana, como muy tarde, salta literalmente de la cama y se marcha a la playa a andar por la orilla. “Tengo alergia al sol, por lo que entre las once de la mañana y las seis de la tarde, no me busques en la playa”. A la vuelta de su sesión deportiva -que suele compartir con su mujer Alicia- desayuna y se marcha a hacer los recados. “Voy a la compra con mi lista en papel que hace mi mujer, pero a la que siempre añado algún capricho”.

Para demostrar que lo que cuenta es cierto relata al dedillo los precios de frutas y verduras: “Los melocotones están a 2,50 euros el kilo, el melón a 1 euro… aunque los precios pueden variar unos céntimos arriba o abajo dependiendo del puesto del mercado al que vayas”, advertía. Y es que no solo va a Mercadona o Consum, sino que también el mercado semanal está entre sus citas ineludibles. Este se celebra los miércoles por la tarde. “Voy andando y con mis bolsas reciclables”, detallaba.

La lectura es una de sus grandes pasiones. A las vacaciones llega cargado de libros que devora estos días. “Me acabo de leer ‘La Bestia’, de Carmen Mola, Premio Planeta 2021. Y, ahora, estoy con ‘Roma soy yo: la verdadera historia de Julio César’, de Santiago Posteguillo. Me apasiona Roma y sigo a Posteguillo desde hace largo tiempo. Pero también he incluido ‘Verde sobre fondo gris’ de la lorquina Hortensia Arcas”. Entre página y página suena el teléfono. Lo hace una y otra vez, algo a lo que ya están todos acostumbrados en casa.

Al caer la tarde, coge una hamaca, una toalla, un cartucho de patatas fritas, un bocadillo de sobrasada y queso y se va a la playa. “Me gusta cenar a la orilla del mar. Solemos ir a la Playa del Conde y venimos tarde”, relataba. La noche que no hay playa acuden al cine de verano. “Es como retrotraerte al pasado. Yo creo que este cine no ha cambiado en 40 años. Las sillas son de esas que están pegadas unas a otras. De hierro, incomodísimas y oxidadas. Para aguantar la sesión doble, cuatro horas, hay que llevarse un buen cojín. Vamos cargados con los bocadillos, patatas, pipas, refrescos… Echan películas de estreno, por lo que hay que irse al menos veinte minutos antes para coger un buen sitio. Recuerda un poco a la serie de ‘Verano Azul. Vamos todos en familia, por lo que somos un montón. Es divertido”.

La casa donde pasan las vacaciones es de planta baja con un pequeño jardín con romero, un laurel, una buganvilla, rosales y un cactus gigante que hace equilibrios cuando sopla el aire. Estos días se dan cita varias generaciones de la familia. Los abuelos, hijos, nietos… “Son vacaciones muy familiares. Es prácticamente el único momento del año en que estamos tantos días juntos a todas horas”. Pero también harán un corto viaje que este año será al País Vasco. “Queremos visitar San Sebastián y Bilbao, pero serán cuatro o cinco días solo”.

No es un ‘cocinillas’. Su único alarde es alguna cena que ‘salva’ a duras penas. “La cocinera es Alicia, que se le da muy bien. Hace un caldero magnífico. Aunque aquí solemos comer mucha ensalada, fruta y carne a la plancha”. Al menos un día a la semana vuelve a Lorca para resolver los asuntos pendientes o a dar algún pregón, como ocurría esta semana, en que ensalzaba las fiestas del Campillo. Desconecta en lo posible y despacha con un “pasapalabra” tajante cuando se le plantea el interés de algunos porque encabece la lista regional de su partido. “Hay un candidato que es José Vélez”. Y de cuando en cuando también le toca inflar las ruedas de las bicicletas de los niños y hacer alguna chapuza, “pero para eso está el verano”.