La perra Lola tira de la correa como diciendo: “es hora de recogerse”. Le gusta la tranquilidad, quizás más de lo que debiera, porque no deja a su dueño disfrutar de la impresionante puesta de sol con la que esta tarde nos deleita el astro rey. El mar se cubre de un tono dorado impresionante que comienza a teñir también el cielo que ha permanecido azul durante toda la jornada. Y tras dejar a Lola en casa, una nueva sesión de deporte antes de poner el punto y final a esta jornada. “Correr por el entorno de la Marina de Cope en un lujo”, cuenta Juan Francisco Martínez Carrasco, director general del Instituto de Turismo de la Región de Murcia, Itrem.

Un lorquino más que sucumbe a los encantos de Calabardina, aunque los encantos que le llevaron a este lugar más bien tienen que ver con la mujer que ocupa su corazón desde hace largo tiempo, Cristina. “Mis veranos siempre fueron en el Hornillo, junto al embarcadero. En casa de mis abuelos estábamos todos, mis padres, tíos, primos… podíamos ser fácilmente cincuenta. Recuerdo las tardes de juegos y travesuras. Y el ‘piojo’, un seiscientos, con el que mi tía Pilar nos subía y bajaba a la playa”, relata entre risas.

Al Hornillo vuelve todavía, para sentarse en la terraza y contemplar el viejo embarcadero y la espectacular vista de la Isla del Fraile. Este apasionado del Imperio Romano aprovecha para leer lo último de Santiago Posteguillo, ‘Roma soy yo’, pero también a Mariano Rajoy, a César Vidal y Arturo Pérez Reverte. La gastronomía también está presente entre sus lecturas veraniegas con un libro dedicado a los sabores de Sefarad y los cómics, con el ‘Capitán América’ de Nick Spencer, otra de sus grandes pasiones.

La lectura ocupa gran parte de su veraneo que compatibiliza con el trabajo. No tiene prevista salida alguna de la Región porque asegura “he descubierto lugares desconocidos capaces de sacarte cada día de la rutina”. Entre ellos, apunta la Playa Fluvial de Coy, “con visita obligada al restaurante Los Gemelos de Vicente” o Cala Calnegre para disfrutar de la gastronomía del chiringuito de costa El Lío. “Allí no hay cobertura, por lo que se puede caer el mundo que no te enteras”.

Desde que accedió a la dirección general del Itrem frecuenta La Manga del Mar Menor. Y, después de una buena jornada gastronómica, no puede faltar la siesta. “El verano no sería verano sin una cabezadita y, después, otra vez a la playa”. Los domingos son de “arroz obligado”. Es de los que les gusta “ir a la plaza, comprar todo lo necesario y ponerme a cocinar con tranquilidad”. Presume de hacer un arroz con pulpo “para chuparse los dedos” mientras no pierde de vista el teléfono que “nunca está desconectado”. Es más, cuenta, que en estos días es cuando surgen las mejores ideas que guarda en las notas de su móvil para a la vuelta ponerlas en práctica.

La bici de montaña es indispensable para escapar de la rutina en la recta final del día. Le gusta madrugar para hacer deporte y desayunar mientras lee la prensa y de cuando en cuando echa la vista al mar antes de salir a practicar paddle surf un deporte de agua que reconoce le tiene ‘enganchado’ este verano.