La Plaza de Toros de Sutullena acogía el 29 y 30 de junio de 1892 las primeras corridas, las de la inauguración. “Estuvieron las principales figuras del momento. En la primera tarde, la del día 29, Rafael Molina, ‘Lagartijo’, y Antonio Reverte. Y la segunda tarde, Rafael Molina, ‘Lagartijo’, y Rafael Guerra, ‘Guerrita’. De aquellas fechas se conmemoran 130 años y no queríamos dejar de recordarla a los aficionados, pero también a los lorquinos, porque la Plaza de Toros de Lorca es un monumento”, afirmaba el presidente de la Peña Taurina Pepín Jiménez, Alfonso García.

Pero en breve, señalaba en declaraciones a LA OPINIÓN, también se celebrará la fecha de su restauración en 1945. La recuperación del coso de Sutullena se festejaba el 2 de septiembre de 1945, recordaba Alfonso García, con toros del conde de la Corte y los espadas Ortega, Dominguín y Pepín Martín Vázquez. “Los carteles han sido magníficos en cada una de sus celebraciones, por lo que hay que ir pensando un buen cartel para la inauguración de la Plaza de Toros”, reseñaba mientras repartían los trípticos que han editado para recordar los ‘aniversarios’ del coso de Sutullena.

Y en 1992, con motivo de su centenario, hubo dos festejos. El primero, el 20 de septiembre, en el que se dieron cita en el albero, Ortega Cano, Pepín Jiménez y Miguel BáezLitri’. Una semana después, el 27 de septiembre, el paseíllo lo hacían Dámaso González, Roberto Domínguez y Vicente Ruiz ‘El Soro’. “Buenos carteles. La plaza de toros de Sutullena nos ha dado muy buenas tardes de toros y muchas alegrías. Y esperamos muy pronto poder volver a disfrutar de esas tardes de sol y toros”, recalcaban los miembros de la Peña Pepín Jiménez.

Pero ellos también están de enhorabuena, porque celebran el cuarenta y dos aniversario de la Peña Taurina que se fundó en 1980. El torero que da nombre a la peña también les quiso acompañar en este día repartiendo los trípticos entre los viandantes. “Hemos colocado esta mesa informativa para mantener vivo el ambiente taurino de que siempre disfrutó la ciudad”, aseguraban, mientras soñaban con el mejor de los carteles para la reinauguración del coso. Aunque esta materia es harto difícil porque mientras unos se decantaban por los clásicos, otros apuntaban a que el mejor cartel sería el que integraran los toreros emergentes. Y por soñar: “¡Ojalá pudiera hacerse con tres toreros lorquinos!”, recalcaba un buen aficionado.