La empresa Agrícola El Niño del Campo, que tiene su sede en la pedanía lorquina de La Hoya, hace un llamamiento urgente a las oenegés de la Región de Murcia para que pasen por sus instalaciones, ubicadas en Camino Casa Murcia, en el límite de los términos municipales de Lorca y Totana, para retirar de forma gratuita y solidaria parte de los 350.000 kilos de melones que no han podido comercializar en el mercado francés por exceso de producción.

El gerente de la empresa, Francisco Mula Vera, asegura a La Opinión, que las pérdidas acumuladas por la situación superan con creces los 300.000 euros. En este sentido, afirma que “en lugar de dejar perder la producción en el campo y aunque los gastos se eleven, hemos decidido transportar el producto hasta nuestros almacenes de La Hoya y hacer un llamamiento a todas y cada una de las oenegés que lo deseen para que vengan a llevarse lo que necesiten, con la condición de que tendrán que distribuirlo entre las personas más necesitadas”. También ha señalado que “de esta forma nos quedará, al menos, la satisfacción de haber realizado una labor solidaria en estos tiempos en los que tanta falta hace”.

El único requisito que se exige es que tendrán que hacerlo con sus propios medios de transporte. Una vez en el almacén de La Hoya, la empresa les facilitará las cajas necesarias para introducir la mercancía disponiendo de la maquinaria necesaria a través de palés hasta introducirla en el vehículo que la vaya a trasladar hasta su lugar de destino.

Parte de la producción excedente se conserva en las cámaras frigoríficas de la empresa y otra parte en los terrenos donde se han cultivado, situados en el término municipal de Alcantarilla, hasta donde los interesados también se pueden dirigir a recolectar el producto directamente.

Sobre la forma de hacerlo, se pueden poner en contacto con el director financiero de Agrícola El Niño del Campo, José Jiménez, en el teléfono 610 19 34 51. El hecho de la urgencia en la distribución es porque se trata de un producto perecedero que no soporta, en situaciones normales, las altas temperaturas que se están registrando estos días.

Oenegés como Cáritas de Lorca, Totana , Alhama de Murcia, Mula, San Antón de Cartagena, Jesús Abandonado o el Banco de Alimentos han pasado ya por el almacén de La Hoya para hacerse con el cargamento que han necesitado.

El padre Kenneth Chukwuka, párroco de La Hoya y Santa Gertrudis, al enterarse de la situación, movilizó a un grupo de compatriotas nigerianos que han estado trabajando introduciendo los melones en cajas con el fin de que las oenegés que lo deseen puedan venir hasta el almacén y realizar el cargamento sin mayores problemas. Según el sacerdote, "hay que estar allí donde nos necesitan”. Junto al párroco han trabajado Ademola Abinbola Adesegun, Sangue Mbengue y Olalekan Adesegun Lawual.

Francisco Mula ha manifestado a esta Redacción que la plantación de este melón, de la variedad Chasentais, se llevó a cabo el pasado mes de febrero con la intención de comercializarlo en Francia a finales de la primavera, como han hecho otros años.

Sin embargo, y como consecuencia de las altas temperaturas registradas también en el país galo, donde mayormente se produce y consume esta variedad de fruta, ha motivado un adelanto en la producción y por tanto, también en el consumo lo que ha motivado que a la llegada del producto procedente de Lorca el mercado francés se encuentre ya saturado y no haya demanda.

La empresa Agrícola El Niño del Campo había plantado en terrenos de Alcantarilla, en cuyo municipio las condiciones climatológicas son más aptas para este tipo de cultivo, un total de 20 hectáreas, esperando una producción superior al millón de kilos.

Más de 600.000 kilos a Francia

No obstante, y contando con el agravante de los altos precios que supone el gasoil, la empresa ha podido transportar hasta Francia alrededor de 600.000 kilos de melones de cuya liquidación, según Francisco Mula, “no sabemos nada aún porque no nos han comunicado a qué precio nos lo van a pagar y si podremos, o no, cubrir los gastos, por lo que la incertidumbre es total y absoluta, algo muy propio de cualquier operación de este tipo a las que los hombres del campo estamos acostumbrados”.

Mula ha manifestado asimismo que después de tres años comercializando este producto y dados los resultados en esta ocasión, “descartamos por completo volver a realizar la plantación el año próximo, ya que nos tendremos que dedicar a otra cosa”. Reconoce, no obstante, que otras veces “la operación salió bien”.

Por último, insiste en que quienes sean los destinatarios del producto que se ofrece de forma totalmente gratuita acrediten el destino que le van a dar y confía en que, en ningún caso, se le dé un fin fraudulento porque “nuestra intención ha sido demostrar que se puede ser solidario pese a que te duela mucho el haber perdido miles de euros, quedándonos al menos la satisfacción, de que nuestras pérdidas puedan servir para alimentar a quienes lo necesitan y tienen mucho menos que nosotros”.