El idioma es la mayor barrera para lograr la interrelación. Decenas de mujeres de origen árabe permanecen ‘aisladas’ en su entorno por las dificultades para mantener una conversación con otras de distinta lengua. Ese era el principal objetivo de una serie de cursos que se impartían en los últimos meses en el marco de la Federación de Organizaciones de Mujeres de Lorca y que se clausuraban con la entrega de diplomas a todas las participantes.

Muchas de ellas, cuando recogían su diploma, contaban su propia experiencia. “Quiero agradecer la oportunidad que nos han dado de poder no solo aprender castellano, sino de lograr nuestra integración. Antes estábamos en casa. No salíamos porque no podíamos mantener una conversación y, ahora, no solo nos defendemos en nuestro día a día, sino que también podemos interrelacionarnos no solo con mujeres de nuestro país, sino también de aquí, de Lorca”, señalaba una de las participantes.

El alcade, la presidenta de la Federación de Organizaciones de Mujeres y el vice alcalde (c) junto a las participantes en los cursos de castellano, patronaje y confección que recibieron sus diplomas. Pilar Wals

Pero no fue la única, ya que muchas otras agradecían la oportunidad que se les había brindado no solo de aprender castellano, sino también patronaje y confección. La presidenta de la Federación de Organizaciones de Mujeres de Lorca, Pilar Fernández, aseguraba que el aprendizaje había sido mutuo. “Han aprendido castellano, pero también muchas de nuestras costumbres. Y nosotras, a su vez, hemos podido conocer mucho mejor su cultura, por lo que han sido unos cursos que han logrado su propósito, la transformación social, cultural y tecnológica de las alumnas que han desarrollado las distintas actividades”.

El alcalde, Diego José Mateos, hablaba de la importancia que las enseñanzas habían tenido para todas las participantes y ponía énfasis en el afán de “superación”, no solamente para aprender una actividad en concreto, sino en su interés de interrelacionarse en el contexto donde ahora viven todas ellas.

Francisco Morales y Antonia Pérez servían el té mientras Diego José Mateos se disponía a degustarlo. Pilar Wals

La presidenta de la Federación de Organizaciones de Mujeres destacaba que “estas mujeres llegaron hace apenas un año y la transformación ha sido total. No solo han aprendido castellano, sino que se han formado en materias como patronaje y confección logrando unos avances importantísimos”. Y todo ello, insistía, dentro del Proyecto Semillas del cambio, financiado por el Ayuntamiento, la Federación de Mujeres y las propias usuarias, con el objetivo firme de lograr la “transformación social, cultural y tecnológica de las alumnas que han desarrollado las actividades”.

En los cursos de patronaje y confección han participado un total de 21 usuarias con 117 horas de duración. Y en el de castellano, nivel básico, 48 con 104 horas. ‘Semillas del cambio’ también ha posibilitado enseñanzas de diseño floral, jabones y esencias y de actualización. En total han sido 232 las alumnas con 359 horas de duración.

Las participantes en los distintos cursos preparaban una degustación de la gastronomía tradicional de sus países de origen de la que dieron cuenta los asistentes. Pilar Wals

En estas actividades han participado las asociaciones de Campillo, Ramblilla de Tejares, La Viña, Aguaderas, Tercia, San Pedro, San Cristóbal, La Hoya y Marchena, Actualiza-T; Marchena y Aguaderas, en diseño Floral; y San Cristóbal, La Viña, Virgen de las Huertas, Aguaderas, La Hoya, San Pedro y Ramblilla de Tejares, jabones y esencias.

A la entrega de diplomas siguió una convivencia gastronómica en la que se dieron cita las dos culturas predominantes en los cursos, la árabe y la española. Pasteles de coco, tortitas con miel y pastelillos de almendra, se mostraban junto a la tradicional torta de pimiento molido y empanada lorquina. No faltó el té, aromatizado con hierbabuena y azúcar de roca. Y como improvisados camareros, el alcalde, el vice alcalde y la edil de Diversidad, que demostraron que conocían a la perfección la forma de servirlo lanzándolo desde bien alto con la tetera ante la sorpresa de muchas de las asistentes.