La Guardia Civil de la Región de Murcia ha rescatado a dos perros de un pantano de riego de Totana, informaron fuentes de la Benemérita en un comunicado.

Los hechos tuvieron lugar cuando agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) que realizaban comprobaciones en una finca próxima detectaron que, en el fondo de un pantano de grandes dimensiones, se encontraban dos perros de gran envergadura y peso.

Los canes, que estaban en el borde de la línea que delimitaba el nivel de agua, intentaban subir por la ladera del embalse sin éxito, pues esta estaba forrada de material plástico.

El hecho de que ambos animales tuvieran sus cuerpos mojados por los múltiples intentos de escapar, sumado a lo resbaladizo del PVC, hacía que resultara imposible que pudieran ponerse a salvo.

Con la ayuda de una cuerda que portaban en el vehículo oficial, los agentes iniciaron las maniobras de rescate de los canes, pero comprobaron que la longitud disponible era insuficiente por la gran distancia existente desde el borde de la parte superior del pantano hasta el lugar donde se encontraban los animales, ya que el nivel de agua era escaso y se trataba de un pantano de gran capacidad.

Unno de los perros rescatados G.C.

Uno de los efectivos de la patrulla del SEPRONA realizó una serie de gestiones con los vecinos de la zona para buscar otra cuerda y unirla a la primera, pero, ante la escasez de tiempo, el otro guardia civil de la patrulla se trasladó hasta la sede de Protección Civil de Totana, donde solicitó dos cuerdas más de gran longitud y un flotador rescatador de la dotación de esa Unidad.

Con el material óptimo, los guardias civiles, en compañía de un operario de la Comunidad de Regantes del trasvase Tajo-Segura, que se encontraba en la zona próxima al pantano, iniciaron el rescate de los canes.

Uno de los efectivos del Instituto Armado y el operario de la Comunidad de Regantes descendieron hasta el fondo del pantano, mientras el otro agente permanecía en el borde superior del mismo, con el fin de asegurar las cuerdas y poder tirar de los animales.

Una vez en el fondo comprobaron que se trataba de dos perros de raza mastín, un macho y una hembra de gran peso que mostraban un estado de ansiedad extremo, dada su situación, por lo que durante las maniobras de su rescate precisaron inducirles tranquilidad a base de muestras de cariño.

Fue entonces cuando se iniciaron las labores de extracción, con gran dificultad por la nula colaboración de los animales debido a su estado de cansancio. En principio se ató firmemente al macho y se procedió a tirar desde arriba siendo ayudado también desde el interior del pantano, ya que el ejemplar rondaría los 60 kilogramos de peso, manteniendo firme la cuerda ya que el mismo oponía toda la resistencia posible e intentaba romper la cuerda a base de mordidas, poniendo todo tipo de trabas con movimientos y saltos para intentar zafarse de la misma. Una vez extraído al macho del pantano se repitió la maniobra con la hembra, que opuso menos resistencia.

Ya en zona segura fuera del pantano, los guardias civiles comprobaron la posible implantación de los microchips obligatorios en los canes para iniciar su devolución al propietario, no obteniendo lectura alguna, por lo que los mismos no poseían identificación que hiciera viable la devolución.

Una vez rescatado y comprobada la carencia de microchip, el macho mordió la cuerda de sujeción y escapó. La hembra quedó en custodia la empresa dedicada a los servicios de retirada y control de animales abandonados.