“Será el momento en el que todos los concejales se tendrán que ‘mojar’ y demostrar si defienden a los lorquinos o a sus siglas partidistas”. Estas manifestaciones las realizaba este martes el concejal del Partido Popular, Ángel Ramón Meca Ruzafa, que anunciaba que exigirán en el próximo Pleno el cese de la ministra de Transición Ecológica, Teres Ribera, y la rectificación del cierre del trasvase Tajo-Segura.

La petición de cese se debe, argumentaba, a que “a estas alturas no cabe otra que exigir la marcha o destitución de quien ha demostrado su obsesión contra el campo de esta comarca. Ha desbocado el precio de la luz, quiere arruinar a cientos de familias lorquinas con sus zonas de flujo preferente, no ha limpiado ni una sola rambla en el municipio en cuatro años y encima quiere cerrar el trasvase. Sobran los motivos para que se vaya”.

El edil insistía en que Lorca y su comarca son la zona “más perjudicada” del levante español por la “persistente presión” que ejerce el Gobierno socialista para impedir la llegada de agua para regar nuestros cultivos. “Con sus últimas decisiones nos quitan 7,3 hectómetros anuales. No podemos permanecer de brazos cruzados ante lo que está pasando y no cabe otra iniciativa, visto lo visto, que el cese de la señora Ribera y que los socialistas rectifiquen su decisión de eliminar el trasvase del Tajo”.

La subida de caudales ecológicos del Plan del tajo aprobada por el Consejo del Agua de esa cuenca va a provocar una “merma del trasvase de al menos 105 hectómetros, la tercera parte del volumen medio transferido hasta ahora al Levante. Los regadíos sufrirían el mayor recorte (78 hectómetros), yendo el resto al recorte del abastecimiento urbano”, agregaba Meca Ruzafa.

Y concluía señalando que aprobar el Plan del Tajo supone “hipotecar el futuro de los lorquinos, dejando en el aire el futuro de al menos 12.500 hectáreas de regadío, miles de empleos y el trabajo que desarrollan nuestros profesionales del campo. No han pensado bien el daño que nos están provocando, y el que le van a hacer a toda España, porque los alimentos que llenan sus despensas y las líneas de compra de los supermercados y plazas, salen de nuestra tierra. Por tanto, cerrar el trasvase conllevará a que los españoles dependamos de terceros países para abastecernos de alimentos, una extrema torpeza y una auténtica temeridad”.