Imponente se muestra la Torre Alfonsina del Castillo de Lorca. La torre fue construida en el siglo XIII por orden del rey Alfonso X el Sabio. Está situada sobre una eminencia rocosa de mayor altitud que el cerro y, junto a ella, el Parador de Turismo Castillo de Lorca, reconocido como uno de los establecimientos más importantes de la Red Paradores de España y elegido por los usuarios como uno de los veinte mejores de nuestro país. El enclave, privilegiado, ofrece unas vistas panorámicas únicas. Y el recinto amurallado parece abrazar al establecimiento hostelero que fue construido con idénticas tonalidades a la piedra para pasar lo más desapercibido posible.

El Parador de Lorca fue levantado a modo de torres que se enlazan unas con otras haciendo uso del cristal, pero también del ladrillo moruno, la piedra y el acero. Un acero corten que inicialmente no estaba en el proyecto y que vino a solucionar los daños del terremoto. Esa ‘faja’ que abraza a cada una de las construcciones se ha convertido en una seña de identidad del establecimiento que se repite a lo largo de distintos enclaves de la Alcazaba.

El Parador de Lorca ofrece la oportunidad de dormir en un Castillo repleto de leyendas, con vistas de pájaro mientras se disfruta de un baño en su piscina con una panorámica de la vieja ciudad, pero también de toda la comarca.

Una Sinagoga y la judería son visibles desde el comedor y la terraza del establecimiento

El Castillo, de época medieval, está considerado como una de las fortalezas de mayor tamaño de todo el país. Sus setecientos metros de largo por doscientos treinta de ancho, le confieren unas dimensiones de 5.500 metros cuadrados. Los restos más antiguos proceden del Calcolítico, hace 5.500 años. Los hallazgos, muchos hechos como consecuencia de la construcción del Parador de Turismo, se integraron en la edificación.

Las huellas de la cultura judía están presentes en la Sinagoga y la judería del Castillo, visibles desde el comedor y la terraza del Parador de Turismo. El mayor atractivo de la Sinagoga, de principios del siglo XV, es que nunca fue transformada en iglesia al ser abandonada, junto con el resto de la judería, tras el decreto de 1492, en el reinado de los Reyes Católicos, que expulsaba a los judíos de España. Se ha recreado el volumen que originalmente tenía el edificio en madera, con la intención de diferenciar lo nuevo de los restos de fábrica y ladrillos, siguiendo un estricto criterio de reversibilidad.

Entre las visitas que ha recibido el monumento están las del embajador de Israel en España, Alon Bar; y el Gran Rabino sefardí, Moshe Amar. Este último hizo un llamamiento a todos los judíos del mundo a visitar la ciudad.

Los trabajos de recuperación y recreación de la Sinagoga del Castillo, cuyo arquitecto directo fue Francisco Jurado, merecieron en octubre de 2013 uno de los galardones de la XVII edición de los Premios de Arquitectura de la Región de Murcia, que convoca la Consejería de Obras Públicas y Ordenación del Territorio.

Las habitaciones del Parador de Turismo permiten unas vistas excepcionales de la Torre Alfonsina. El torreón fue levantado adaptándose al desnivel del terreno y, en consecuencia, la altura de sus muros es diferente. La cara septentrional tiene casi 29 metros y la meridional solo 24. La cara más a la vista de la población estuvo decorada con pequeños azulejos con castillos y leones, elementos que configuran el blasón de la monarquía castellana. Algunos de ellos, pueden contemplarse en el Museo Arqueológico Municipal, que estos días acoge una exposición extraordinaria con motivo de su trigésimo aniversario.

Una serie de construcciones, a modo de torres, conforman el edificio situado junto a la Torre Alfonsina Pilar Wals

A la torre se puede acceder desde el recinto del Parador de Turismo. Salvados sus 128 escalones se habrá alcanzado el punto más alto de la ciudad. Por el camino, el visitante podrá contemplar las ocho bóvedas de ladrillo esquifadas (formadas por la intersección de dos bóvedas de cañón). Y en los muros exteriores se aprecia en sus esquinas, construidas con sillares, cabezas humanas y de animal que indican la altura de las tres plantas del torreón.

El Parador de Turismo Castillo de Lorca ofrece unas vistas únicas del casco antiguo. La fachada y los tejados de la antigua colegial de San Patricio, el más significativo templo de la ciudad, de indiscutible categoría arquitectónica. La reconstruida iglesia de Santiago que resultó gravemente dañada durante los terremotos, pero que también a lo largo de la historia ha sufrido incendios y derrumbes. La pasarela Alcalde Miguel Navarro Molina, que une las dos orillas del cauce del río Guadalentín, como también lo hace el Puente Viejo del Barrio.

Leyendas del parador

Y leyendas que cuentan qué bajo los muros del Castillo, en la parte del este, junto al Parador de Turismo, se halla una pequeña balsa cuadrada, construida con grandes sillares. La tradición la supone encantada por una bella princesa mora. Cuentan que, al nacer la madrugada de San Juan, la joven aparece sentada al borde la balsa y refiere su historia al mortal que se aproxima. No es otra que la leyenda del Cejo de los Enamorados, que cada noche cobra vida en boca de los personajes que pueblan la Alcazaba.

Halewa cautivó con sus ojos negros al noble caballero Meruan. En silencio vivían su amor. Ella, hija del rey Abu Muhamad. Él, protagonista de numerosas hazañas contra las tropas del rey Alfonso y del Cid. El destino los separó, a pesar de haberse jurado amor eterno. El joven sufrió una emboscada camino del Cejo de los Enamorados. Viéndose morir, se arrojó por el precipicio. La joven que lo vio, se lanzó junto a su amado. Un mago evocó un mágico conjuro y pidió que la joven vagara errante por el Castillo, permaneciendo así encantado.

Alfonso X el Sabio también protagoniza algunas de las historias que han llegado a nuestros días después de ser relatadas de padres a hijos. Cuentan que acudió a la conquista de Lorca y, para preparar el asalto de la fortaleza, sienta su campamento real en la huerta de la ciudad. En ese lugar instala un oratorio con una imagen de la Virgen, a imitación de lo que hacía Fernando III cuyo ejemplo más conocido es el de la Virgen de las Batallas llevada a la conquista de Sevilla.

Se dice de la imagen que procedía de Zamora y que ya tenía fama de milagrosa. Tras encomendarse a ella y bajo su protección –asignándosele el milagro de haber ocultado los movimientos de las tropas con una nube- consigue conquistar la ciudadela. Justo en el lugar donde estaba el oratorio, en acción de gracias, manda construir el infante un templo en honor de Santa María, con el título de las huertas, instalando la imagen en un acto religioso solemne antes de partir.

Qué visitar en Lorca

El Cejo de los Enamorados, el Santuario Patronal de la Virgen de las Huertas, El Calvario… son algunas de las visitas obligadas para los que se hospedan en el Parador de Lorca. Gastronomía y artesanía se dan la mano en una ciudad donde pequeñas placetas invitan al descanso disfrutando de delicatesen que mezclan las distintas culturas que convivieron en la ciudad a lo largo de los siglos. Hay muchas ‘Lorcas’ que visitar. La Lorca, monumental; la de los Cien escudos; la de playas vírgenes; la de historias y leyendas… La Lorca “de suelo grato y castillos encumbrados, espada contra malvados y del Reino segura llave”, como dice el lema de la ciudad.