La Opinión de Murcia

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Mal tiempo

Las lluvias deslizan una de las laderas junto a la ermita de San Lázaro

La recuperación del monumento está en la recta final, aunque podría retrasarse por el temporal de las últimas semanas

Desprendimientos en una de las laderas inmediatas a la ermita de San Lázaro. | PILAR WALS

Las precipitaciones de las últimas semanas provocaban deslizamientos en una de las laderas situadas a pocos metros de la ermita de San Lázaro. La zona donde se producían los desprendimientos estaba muy avanzada y únicamente faltaba para su conclusión la señalítica. «Las recientes lluvias producían un corrimiento de tierra que rajaba la malla de contención», afirmaba en declaraciones a La Opinión la edil de Fomento y Desarrollo Local, Isabel Casalduero.

La zona era acordonada de inmediato «por el peligro que plantea mientras los técnicos hacen una valoración de lo ocurrido y se coloca una nueva malla para la contención de tierras», explicaba la edil. Los desprendimientos se producían en el inicio del sendero que va al Calvario. «Estaba prácticamente terminado», recalcaba.

Mientras, varios operarios trabajan en la zona más inmediata donde se están construyendo muros de contención. Las obras se encuentran a pocos metros de donde maquinaria pesada trabaja en la construcción del Vial de los Barrios Altos.

Y, al fondo, continúa la reconstrucción de la antigua ermita de San Lázaro. Las obras de reparación y regeneración del entorno y conjunto urbano estaban previstas que concluyeran a mediados de este mes, pero los contratiempos producidos podrían llevar a que se retrasara la finalización.

El templo fue levantado posiblemente en la segunda mitad del siglo XV

Aunque no hay fecha precisa sobre su construcción, se ha señalado, por lo que se puede observar de los testimonios gráficos que se conservan, de sus fases constructivas y por lo particular de su advocación, que quizás habría que pensar en un templo de escasas dimensiones, levantado posiblemente por voto de ciudad en la segunda mitad del siglo XV, ignorándose aún si se hizo de nueva planta o sobre otro edificio ya existente. Así lo detalla en ‘San Lázaro, historia y arquitectura’, de Clavis 11, el arquitecto e historiador del Arte, Francisco José Fernández Guirao, quien señala que dependió desde su creación de la parroquia de San Clemente y cuando esta se agregó a San Patricio pasó a la jurisdicción de San Pedro. «Gálvez Borgoñoz (1734) aporta que en su capilla mayor nacía un ‘venero de agua, el que forma su caño, por cuya causa hay algunos árboles’, al tiempo que sitúa a esta ermita como destino de una procesión, a la que acudían ambos cabildos, civil y eclesiástico, que tenía lugar el Viernes de Lázaro y concluía con la celebración de ‘la misa de la feria con sermón»’. En el siglo XVI hay referencias a la fuente o pozo de San Lázaro y al manantial de agua que había junto a la ermita «de sabor blando como una fruta pasada de sazón», que, al parecer, tenía propiedades medicinales, lo que pudo motivar la edificación allí del pequeño santuario y de algunas casas particulares.


En diciembre pasado se llevó a cabo el montaje del armazón de madera de la cubierta sobre el que se colocó la teja. Las obras abarcan una superficie de 4.800 metros cuadrados y tienen un presupuesto de 1,1 millones de euros, procedentes de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, a través del préstamo del Banco Europeo de Inversiones (BEI). El proyecto incluye no solo la reparación y reconstrucción del edificio de la ermita, sino también la regeneración de todo el espacio público que la rodea.

Las fachadas del monumento están ocupadas por andamios que posibilitarán la finalización de los trabajos. El arquitecto de la obra, Francisco José Fernández, aseguraba que se está recuperando el tipo de ermita tradicional de nave única, «amplios muros de mampostería o ladrillo, con techumbre de madera».

Y «se le adosa un cuerpo destinado a altar mayor o presbiterio, separado de la nave principal por escalones y significada de la misma mediante la diferencia de altura, decoración, iluminación y tipo de cubierta, a la vez que se recupera el camarín o posible sacristía adosado en su parte posterior. Se han reparado y reconstruido los muros perdidos, así como la antigua techumbre», explicaba.

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