La Virgen de la Encarnación procesionaba este sábado por el barrio de Santa María y San Juan como homenaje a los vecinos que durante años la velaban en la víspera del Domingo de Resurrección. La talla pasaba la noche entre las ruinas del viejo templo de Santa María, aunque desde hace largo tiempo únicamente recorre sus calles para volver a su sede religiosa la antigua colegial de San Patricio.
Anoche, la Virgen de la Asunción y Encarnación descendió por el carrerón de San Patricio justo en el momento en que Judas era quemado en la Plaza de España. Poco antes, se lanzaba un impresionante castillo de fuegos artificiales que concluía con una traca y la quema de Judas. Se recuperaba así la tradición después de tres años sin celebrarse, ya que a la situación de pandemia que lo impidió, también se sumaba que un año antes hubo de suspenderse por la lluvia.
Judas permanecía durante todo ese tiempo en la torre campanario de San Patricio de donde salió hace unos días para ser compuesto y, finalmente, cumplirse la tradición. Las llamas finales coincidían con la salida procesional de la titular de la Archicofradía de Jesús Resucitado. Decenas de personas acompañaban a la imagen en su recorrido alumbrando el camino con velas. Transitó por la calle Corregidor, Santa María, Gómelez, Zapatería y Abad de los Arcos, para entrar en la antigua colegial por la entrada principal.
Le acompañaba la Banda Municipal de Música que durante todo el recorrido interpretó distintos pasodobles. Emotivo fue su paso por la calle Zapatería donde desde algunos balcones se lanzaron las primeras ‘aleluyas’ que anuncian que Jesús ha resucitado.
Esa parte del recorrido incluye el paso por el convento de la Consolación de las Mercedarias y por el antiguo colegio de la Purísima, que acoge el Conservatorio de Música Narciso Yepes. A su regreso a su templo, la Banda Municipal de Música tocaba el Himno Nacional y tras él, volvía a sonar una traca a las puertas de la antigua colegial.
La imagen saldrá este domingo temprano de San Patricio para hacer un breve recorrido y cruzar el arco de la calle Cava. Será entonces cuando se encontrará con su Hijo en la Plaza de España teniendo como testigo a todos los estandartes de las cofradías de Semana Santa.