La Opinión de Murcia

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Semana Santa

Ese querer volver a empezar

Lorca celebra hoy su día grande con la representación de la Historia de la Salvación y un deseo de eternizar una Semana Santa especial por el reencuentro con los Desfiles

Carroza del rey Nabucodonosor del Paso Blanco Solete Slow Photo

Si la noche fuese eterna y buscase cobijo, lo encontraría en la madrugada del Jueves al Viernes Santo en Lorca. Se acurrucaría en las esquinas del recorrido hacia el Calvario para aguardar al último Vía Crucis de este año. ¡Qué rápido pasa todo. Te juro que ayer era Miércoles de Ceniza!

Esa noche eterna lorquina también encontraría regazo encarnado en el silencio de un barrio o en cada una de las almas que en las últimas horas han desafiado al sueño para aportar su grano de arena a la organización del Desfile Bíblico de esta noche, el del la Historia de la Salvación, el del triunfo cristiano, que preside el Paso Blanco con su imagen titular, la Virgen de la Amargura. Legiones de azules y blancos en las naves y en los templos, pendientes de esto y de aquello. Y en lo más profundo, aún recubierto por capas de ilusión, ese instante de nostalgia que irá floreciendo a medida que transcurran las horas y todo lo vivido se convierta en recuerdo.

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Procesión de Jueves Santo en Lorca Solete Slow Photo

Lorca despierta hoy con una misión: dar cumplimiento al mandato heredado de representar la muerte de Cristo, pero no de cualquier manera. Lorca es ‘harina de otro costal’. Lorca lo hará haciendo suya la biblia, desmontando aquellas antiguas civilizaciones que precedieron al nacimiento de Jesús, apelando a la tiranía de emperadores que persiguieron a los que creyeron en él y destacando a otras muchas figuras de la historia que -directa o indirectamente- tienen vinculación con el antes y el durante del surgimiento y consolidación del Cristianismo.

La procesión de ayer fue un adelanto. El Nazareno morado dibujó a su paso las últimas horas del martirio acompañado de penitentes que, con la cruz a cuestas, pedían la redención de sus pecados o daban cumplimiento a una promesa. Desde la iglesia del Carmen partió el cortejo del Paso Morado entre los aplausos de la gente arremolinada en torno al templo. No era la Carrera principal, pero el momento es especialmente entrañable para los cofrades, más aún después de dos años sin vivirlo. Hasta allí habían llegado momentos antes las banderas de las diferentes cofradías para la formación de la procesión.

Trono del Cristo de la Coronación de Espinas de la Hermandad de Labradores. Solete Slow Photo

El recogimiento morado tuvo como prólogo el paso de azules y blancos y su particular lance cofrade. Las caballerías y enganches cobraron especial protagonismo en el guion del Jueves Santo. Aunque el Viernes de Dolores y Domingo de Ramos ya se hizo latente la rivalidad, la prueba de fuego era anoche y hoy será la disputa final que, cada cual, en público, dirá haber ganado; la autocrítica, si la hay, se hará a puerta cerrada. El Desfile de esta noche es el más completo porque supone el punto y aparte, hasta la Resurrección, del relato histórico-bíblico representado desde el pasado Domingo de Ramos.

HORARIO

19.30 horas

Formación en Capilla del Rosario.

20.00 horas

 Entrada en Carrera principal desde las calles Lope Gisbert, Santa Paula y Óvalo.

Orden de procesión

  1. Paso Encarnado.
  2. Paso Morado.
  3. Paso Azul.
  4. Hermandad de la Curia.
  5. Paso Blanco.

Momentos para no perderse

  • Visitas durante toda la mañana a los templos. 
  • Recogidas de banderas en la Corredera. 
  • Salida de los tronos de las sedes de las cofradías.
  • Incorporación de los enganches desde el Óvalo.
  • Encuentro entre el Cristo de la Sangre y las titulares del Paso Blanco y Paso Azul antes de incorporarse a procesión.
  • Encuentro al término de la procesión, en Floridablanca, entre la Virgen de los Dolores y la Virgen de la Amargura. Recogida de los tronos al término del Desfile. 

Sobre la arena, habrá que fijarse y aprender las nuevas incorporaciones. Por parte del Paso Blanco, tres cuadrigas asirio-babilónicas con sus respectivos mantos para los personajes de Judit, Holofernes, y Aquior; una cuadriga egipcia para el faraón Siamón; la infantería asirio-babilónica y los nazarenos de la Virgen que no pudieron estrenarse en 2019. Por parte del Paso Azul, la nueva carroza de Nerón en el año de su cincuenta aniversario; la renovación de los mantos de Vulcano y Plutón de la caballería del Triunfo del Cristianismo; el grupo de la Profecía de Simeón; y la infantería egipcia-Guardia de Anubis.

Para el presidente del Paso Blanco, Ramón Mateos, esta noche se resume en un instante: «Para mí no es solo el momento del Viernes Santo, es el momento de la Semana Santa. El reencuentro de la Virgen de la Amargura con los blancos, y este año mucho más. Después pasea por las calles de Lorca entre vítores y flores, y la recogida también es muy especial».

El grupo de la Caballería del Triunfo del Cristianismo del Paso Azul Solete Slow Photo

Por su parte, la presidenta del Coro de Damas de la Virgen de la Amargura, María del Carmen Gallego, recuerda que «estamos viviendo un momento histórico en el que volvemos a disfrutar de nuestras procesiones tras dos largos años. Pero ya se aproxima el día que todos los blancos necesitábamos. El Viernes Santo, a primera hora, prenderemos nuestro corazón en la solapa para ir a verla a Ella y aguardaremos, con paciencia y emoción, el momento de verla salir al fin de su casa para recoger el amor de todos los blancos. Por fin, este año, la Santísima Virgen de la Amargura iluminará Lorca y llenará nuestros corazones de júbilo y esperanza. Por fin volveremos a disfrutar de la alegría y el sentir de un Viernes Santo en Lorca».

Todo el hoy gira en torno a un abrirse las puertas; a un mirar desde dentro de una capilla, la del Rosario; a un echar a andar y a un rebosar de alegría porque la Virgen de la Amargura vuelve a procesionar por las calles de Lorca después de dos años de espera. El sentimiento ya experimentado el pasado viernes en la puerta de San Francisco y repetido esta noche por los azules, el sábado en el casco antiguo por los negros, y ayer por morados y encarnados en sus respectivos barrios, se repite hoy en Santo Domingo. Sí, pendientes de la algarabía y del transcurrir de la procesión pero, -¡escúchame!- todo eso será secundario cuando la virgen guapa se reencuentre con Lorca.

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