Hoy, 15 de septiembre de 2021, hace 60 años que me casé con ‘la Portillica’, ¡que se dice pronto! Y que para los tiempos que corren, resulta algo casi heroico. Hasta el punto que voy a proponer a la Providencia, o la alta Instancia que corresponda, que me suban a los altares. Que me canonicen, con el nombre de ‘San… Trini’, en homenaje a mi padre. Que cada vez que me reclamaba, en voz alta, se confundía con mi hermano mayor precedente, llamándome de este modo. Por cierto, que nos casó D. Gaspar Fernández Mondéjar, un entrañable y carismático sacerdote, que conoció en Benizar (Moratalla), en su primer destino profesional, como maestro de escuela. Al estar D. Manuel de borneo, por esos mundos de Dios, que entonces viajaba más que el Papa. Aunque luego dijera que lo había hecho aposta; o adrede, que queda más fino.

¡Ah! Y ejerciendo de monaguillos, mi admirado primo, Pedrín, ‘Pedrín el veterinario’, y Jesús García Moreno ‘el Petaca’, con foto que así lo acredita, como a la vista está. Y cita nupcial a la que acudió el pueblo entero, sin excepción, que acabó con todas las existencias, como si no hubieran comido en su vida. Y menos mal que se pudo calmar a los sedientos, gracias a una fórmula magistral, que nos recomendó Santiago (’Santiaguico’), amigo de mi hermana Orosina, que trabajaba en el bar Santos, de Murcia, que si no aún siguen allí danzando, llevándonos a la ruina…

Como postre, añadiríamos, que los puros Farias, que dimos a todos los hombres asistentes (y a alguna que otra mujer, entre ellas, a la Amparo de la Panocha, que nos pidió dos para su sobrino ‘El pelucas’) los compramos en el estanco que tenía la mujer del Pecao (Jesús Gómez García, hermano de la ‘Sacristana’ y Delegado Provincial de la ONCE) en la calle de Santa Teresa nº1, ‘enfrentico’ de la mercería que regentaba a la sazón ‘Ángel de la Benita’ o ‘el Kilos’ (Ángel López Candel), llamada La Tienda Nueva, fallecido recientemente, a la edad de 104 años.

Y, por último, aclararles, que pese las continuas e insistentes ‘recomendaciones’ de la parienta, de uno u otro signo, todo el santo día, de la mañana a la noche, y siempre con la misma matraca. A punto de tomar un camino, y siguiendo las indicaciones del comediante y actor argentino Joe Rígoli, por boca de uno de sus personajes más famosos, Felipito Tacatún (que ahora me viene a la memoria) «yo sigo…», al pie del cañón. Tan feliz y contento, unido en santo matrimonio, viviendo en una balsa de aceite y en permanente relax.

Que les voy contar, que ustedes no sepan, si queremos tener la fiesta en paz...

¡Congratulations!