La Junta de Gobierno Local ha declarado la “responsabilidad parcial” de la mercantil Aguas de Lorca, en el caso de una vecina de la calle Pedro Montiel que llevaba años sosteniendo que las humedades, hundimientos y el agrietamiento de su vivienda eran consecuencia de las continuas roturas de la red municipal de agua potable en la trasera de la calle Mayor de Santa María. Así lo ha anunciado la portavoz de Izquierda Unida-Verdes, Gloria Martín, que ha pedido a la empresa semipública que “indemnice a estos vecinos en función de su grado de responsabilidad”.

La edil denunció el asunto que fue “desestimado inicialmente”, para más tarde “anularse” esa decisión y “reconocerse parcialmente”. Martín se ha mostrado satisfecha con la decisión, aunque ha anunciado que continuará luchando para defender los derechos de los afectados. “Se ha terminado reconociendo que los daños que presenta la vivienda no solo tienen su origen en la mala calidad del terrenos sobre el que se asienta o en posible patologías constructivas previas, sino también en las filtraciones de agua por la rotura de tuberías de la red general”, ha señalado.

La empresa semipública –“a la que ya le ha sido notificado el acuerdo de la Junta de Gobierno Local”, deberá indemnizar ahora a la afectada en función de su grado de responsabilidad, según ha manifestado la edil de IU-V. Gloria Martín ha pedido que “se incorpore esta cuestión al orden del día del Consejo de Administración de la mercantil que tendrá lugar la semana que viene”. La edil ha agradecido la confianza de los afectados que, “por fin, tendrán solución para su problemática tras tres años de espera”.

A comienzos de julio pasado los vecinos denunciaban la situación en que se encontraban sus viviendas en declaraciones a LA OPINIÓN. Una de las vecinas, Dolores García Carrillo, aseguraba que los cambios que se habían producido en su casa se notaban cuando se ponía a cocinar. “Hecho aceite en la sartén y se desplaza todo a un lado, lo que demuestra que la casa se ha movido y ya no está nivelada”, señalaba con preocupación.

Las grietas, algunas tan anchas que permiten introducir la mano en ellas, comenzaron a salir en 2018, según relataba su hijo, Francisco Carrillo. Este señalaba que se habían visto en la obligación de colocar puntales para evitar que la parte superior de la vivienda pudiera acabar cediendo y cayéndoles encima.

Cinco familias se encontraban en la misma situación que esta madre y su hijo, pero únicamente dos fueron indemnizadas por los daños, señaló entonces Gloria Martín. A ellas, se sumará ahora una tercera familia.