El subinspector de la Policía Local de Jumilla ha dicho este miércoles al declarar como investigado en la causa que se tramita contra cinco funcionarios policiales por una presunta pasividad ante la muerte violenta de Kevin M., que la actuación de los agentes fue la adecuada, ya que de haberlo hecho de otra forma "la desgracia habría sido mayor".

El joven murió el pasado mes de mayo a consecuencia de las puñaladas asestadas por otro chico de 19 años tras una pelea en la que participaron varias personas, pasando a disposición judicial el presunto autor del crimen y sus progenitores.

El declarante, al que se investiga junto a otros dos policías locales y dos guardias civiles, ha dicho al declarar en el juzgado que fue una riña mutua, en la que, por un lado, participaron el joven que resultó muerto y su novia, junto con otros amigos, y por otro, la familia del presunto autor material del mortal apuñalamiento.

El subinspector, al que defiende el penalista murciano Manuel Martínez, ha manifestado así mismo que en ningún momento omitió su deber como policía y que incluso arriesgó al máximo su integridad física en un intento de mediar entre ambos grupos y de evitar el mal que finalmente se produjo.

Para el declarante, los participantes desplegaron una violencia extrema, sin que en ningún momento acataran las indicaciones que les decían los agentes.

También ha recalcado que si no encapsularon a Kevin y a su novia, M.M., que ejerce la acusación particular contra los agentes, fue porque estos no se dejaron y, además, ni se marcharon del lugar ni evitaron el enfrentamiento.

Igualmente, ha manifestado que fue "una pelea de todos contra todos", y que si en aquellos momentos no se efectuaron detenciones fue porque para hacerlo con un mínimo de seguridad habría sido preciso contar con unos diez o quince agentes más.