Emires, reyes y rabinos han tomado esta noche la ciudad y Lorca ha vuelto a ser de frontera. El Desfile Parada de la Historia Medieval recreó los pasajes más destacados ocurridos entre 713 y 1488. Musulmanes, judíos y cristianos desfilaron ante unas ocho mil personas que abarrotaban la avenida de Juan Carlos I. Y el Patrón, San Clemente, cerró el cortejo ante la imposibilidad de procesionar por la vieja ciudad por las restricciones sanitarias de la pandemia.

Poco antes la procesión había salido de la colegial de San Patricio con la amenización musical de los Auroros. Espectaculares fueron las imágenes de la cruz de cristal de roca –réplica de la cruz sobre la que Fernando, el Católico, juró los fueros y privilegios de la ciudad en 1488- abriendo el cortejo del Patrón. Tras ella, San Clemente, recién restaurado. Y al fondo la antigua iglesia de Santa María que desde hace solo unos días se ha convertido en patrimonio de la Federación por cesión.

San Clemente se sumaba al desfile de musulmanes, judíos y cristianos en el Óvalo. Se convertía así en el broche de oro del cortejo, pero también de las celebraciones que este año han estado repletas de novedades y estrenos. 

Grupo de los Bereberes desfilando por Juan Carlos I, esta noche. Pilar Wals

El desfile de esta noche sorprendió a propios y extraños. No faltaron los malabaristas que jugaban con el fuego, los figurantes a caballo que sumaron más una treintena, las ocas guiadas a silbidos que fueron el deleite de los más pequeños y carrozas con elefantes y dromedarios.

Al llegar a Musso Valiente los integrantes de los grupos de musulmanes, judíos y cristianos abandonaron el desfile para acompañar a San Clemente de vuelta a la colegiata. 

El sultán y su favorita abrieron el cortejo de los Benimerines. Pilar Wals

La penumbra de la calle Álamo y la Plaza de España creo un ambiente de recogimiento a pesar de la gran cantidad de fieles que hicieron junto a la talla este tramo final. El paso por el umbral del templo puso el punto y final a las celebraciones, las primeras que se celebran casi con total normalidad desde el inicio de la pandemia.