Cuenta la leyenda que el príncipe Alfonso, quien más tarde sería Alfonso X el Sabio, acude a la conquista de Lorca y, para preparar el asalto de la fortaleza, sienta su campamento real en la huerta de la ciudad. En ese lugar instala un oratorio con una imagen de la Virgen, a imitación de lo que hacía Fernando III cuyo ejemplo más conocido es el de la Virgen de las Batallas llevada a la conquista de Sevilla.

Se dice de la imagen que procedía de Zamora y que ya tenía fama de milagrosa. Tras encomendarse a ella y bajo su protección –asignándosele el milagro de haber ocultado los movimientos de las tropas con una nube- consigue conquistar la ciudadela. Justo en el lugar donde estaba el oratorio, en acción de gracias, manda construir el infante un templo en honor de Santa María, con el título de las Huertas, instalando la imagen en un acto religioso solemne antes de partir. Para el sostenimiento del edificio y culto le asigna tierras en el repartimiento. A este edificio se le tiene por la primera iglesia construida en Lorca tras la reconquista.

Durante todo el período bajomedieval, e incluso hasta la rebelión de los moriscos en 1569, los lorquinos se han visto favorecidos en los enfrentamientos bélicos por la Virgen de las huertas, por cuyo santuario pasaban antes de acudir a la lucha y a él volvían para depositar, en señal de agradecimiento, las banderas, estandartes y otros despojos ganados en la batalla. Hacia 1450 los franciscanos se hacen cargo del templo, fundando en él convento, que fue definitivamente autorizado en 1467.

Ante camarín de la Virgen de las Huertas con pinturas de hechos de armas de los lorquinos. PILAR WALS Pilar Wals

Siendo infante el Rey montó su campamento en la huerta de la ciudad donde instaló un oratorio con una imagen de la Virgen

Estos son los puntos de la “principal y remota” trama histórica creada en torno a la imagen, Alfonso X el Sabio y el convento. Así lo relata el historiador y archivero municipal Manuel Muñoz Clares en ‘El convento franciscano de la Virgen de las Huertas. Historia e iconografía de un templo emblemático y de su imagen titular’. Todo lo expuesto, señala, tiene denominadores comunes: por un lado, la unidad cronológica de los hechos –situados en la Baja Edad Media- y la casi imposibilidad de su verificación al carecer de documentos; por otro, el respeto y la veneración que se debía tener de todo cuanto se decía y escribía, ya que sus raíces brotaban de lo más hondo de la memoria colectiva; y por último, el asunto afectaba a un tema sagrado, un terreno sumamente resbaladizo en el que muy pocos podrían competir con teólogos-historiadores bien preparados.

“Tradición antigua jurada por testigos ancianos”, “tradición antiquísima”, “romance antiguo”, “escrituras antiguas”, … aparecen en los márgenes de las páginas -hasta entonces reservados para citas de autores de reconocido prestigio- para reforzar estas leyendas, darles fiabilidad. Ese notable esfuerzo intenta conseguir preeminencia a la Virgen de las Huertas frente a la del Alcázar, patrona de Lorca desde 1618, como apunta Muñoz Clares.

Una ermita dio paso a un templo, que más tarde se convirtió en ruina por efecto de la inundación de 1653. Se reedificó sobre el viejo templo. Y muchos años después, las obras de refuerzo de la cimentación de la escalera de la Tota Pulchra, en 2000, pusieron al descubierto un muro islámico con tres arcos, dos polilobulados y uno apuntado, construido con sillares a dispuestos a soga y tizón y con alguna decoración pintada sobre los restos de yesería conservados.

. Azulejo de Murcia de la Plaza de España de Sevilla con la copia de la Cantiga que Alfonso X el Sabio dedicó a Nuestra Señora de la Arrixaca, antigua Patrona de Murcia. Pilar Wals

Hallazgo único

El arreglo de la Tota Pulchra dejó al descubierto en 2000 restos de un palacio de época califal

El hallazgo, único en la Región de Murcia, dejó al descubierto lo que parecían ser los restos de un palacio de época califal, con paralelismos con la arquitectura cordobesa de los siglos X-XI y restos de lo que podría ser un primer establecimiento franciscano sobre esas ruinas. La decadencia de la construcción pudo propiciar la adaptación de los restos como ermita en las primeras décadas del siglo XV. “Los restos de este palacio islámico reaprovechados dan pleno sentido a las palabras de Vargas sobre los fuertes muros de cantería que tuvo la primitiva ermita”, señala Muñoz Clares.

               El Santuario Patronal de la Virgen de las Huertas cobra protagonismo en el 800 aniversario del nacimiento de Alfonso X el Sabio por ser el primer lugar de la ciudad en el que el entonces infante estableció su campamento. Pero también por las pinturas murales que se pueden contemplar en la nave central y ante camarín del templo en las que se presentan las principales batallas que los lorquinos emprendieron.

               El conjunto de pinturas murales del Santuario de la Virgen de las Huertas es uno de los ciclos pictóricos más extensos y de más complejo significado de cuantos se conservan en la Región de Murcia, y uno de los más representativos de toda la Orden Franciscana. Las visitas se han multiplicado al monumento con recorridos específicos con guías especializados que profundizan sobre los últimos hallazgos. Los expertos apuntan que todavía queda mucho por conocer. Nuevas excavaciones podrían arrojar más detalles sobre un lugar del que se creía se sabía todo.