La población ciezana volvió a celebrar el Día de Todos los Santos como de costumbre y el cementerio de la localidad registró una notable afluencia de visitantes, que regresaban después de que el año pasado fuera el más atípico que se recordaba debido a las restricciones de la pandemia del coronavirus.

Desde primera hora de la mañana de este lunes, las calles del camposanto bullían con el trasiego de personas que iban a depositar flores en las tumbas de sus familiares. El olor floral impregnaba el ambiente y no cabía ni un vehículo más en el aparcamiento. Una imagen que es la tradicional pero que contrastaba con las calles semivacías que se contemplaron el año anterior, donde la visita fue escalonada debido a las restricciones de la pandemia.

De esta forma, la localidad ha querido rendir homenaje a sus fallecidos y recuperar una de las celebraciones con más arraigo en Cieza. Otro síntoma más de que la normalidad está regresando a la vida cotidiana de la sociedad.