El final del verano ha llevado a la retirada de los toldos de la calle Corredera. Las lonas se colocaron a finales de mayo con la intención de rebajar la temperatura en una de las principales zonas comerciales de la ciudad. Hasta 15 grados se ha constatado que logran bajar la temperatura ambiente y del suelo estos toldos que han permanecido en el lugar durante los últimos cinco meses.

 La retirada se inició en la zona más inmediata a la Plaza de la Concordia y continuó hasta la confluencia de la Corredera con Alporchones. El descenso de las temperaturas ha llevado a que se ‘guarden’ hasta el próximo verano en que está previsto que se vuelvan a colocar. Este es el tercer año consecutivo que se cuenta con esta infraestructura que podría ampliarse a otras zonas de la ciudad, después de solicitarse por parte de hosteleros, comerciantes y viandantes.

 La eficacia de los toldos está “comprobada” como señaló el concejal de Medio Ambiente, José Luis Ruiz Guillén, quien hacía referencia a las mediciones efectuadas el año anterior. Estas permitieron conocer el impacto de la sombra proporcionada por los toldos “para combatir los efectos de fenómenos agravados por el cambio climático, las olas de calor e islas de calor urbano”.

 La diferencia de temperatura entre los sensores instalados en una zona soleada y otra de sombra, dieron un valor medio de reducción de 5 grados, llegando incluso hasta los 9. “La disminución de temperatura media en el suelo resultó bastante notable, reduciéndose una media de entre 10 y 15 grados. Estas reducciones de la temperatura ambiente y del suelo unidas a la protección de la incidencia directa del sol hacen que la sensación térmica baje notablemente entre las zonas expuestas y protegidas”.

 La iniciativa forma parte de una acción piloto dentro del marco del proyecto Life Adaptate que se está implementando en tres países de la Unión Europea, España, Portugal y Letonia.