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Enrique Soler
Ver galería >El recién restaurado pórtico Barroco de la Basílica de la Vera Cruz, testigo mudo de la historia de los caravaqueños desde 1730, acogió el homenaje de la ciudad de Caravaca a las víctimas de la Covid-19. Aquellas personas que se marcharon en silencio y en muchas ocasiones sin poder ser despedidos por sus seres queridos, víctimas de un virus cruel que ha cambiado nuestras vidas.
El recién restaurado pórtico Barroco de la Basílica de la Vera Cruz, testigo mudo de la historia de los caravaqueños desde 1730, acogió el homenaje de la ciudad de Caravaca a las víctimas de la Covid-19. Aquellas personas que se marcharon en silencio y en muchas ocasiones sin poder ser despedidos por sus seres queridos, víctimas de un virus cruel que ha cambiado nuestras vidas.
El recién restaurado pórtico Barroco de la Basílica de la Vera Cruz, testigo mudo de la historia de los caravaqueños desde 1730, acogió el homenaje de la ciudad de Caravaca a las víctimas de la Covid-19. Aquellas personas que se marcharon en silencio y en muchas ocasiones sin poder ser despedidos por sus seres queridos, víctimas de un virus cruel que ha cambiado nuestras vidas.
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El recién restaurado pórtico Barroco de la Basílica de la Vera Cruz, testigo mudo de la historia de los caravaqueños desde 1730, acogió el homenaje de la ciudad de Caravaca a las víctimas de la Covid-19. Aquellas personas que se marcharon en silencio y en muchas ocasiones sin poder ser despedidos por sus seres queridos, víctimas de un virus cruel que ha cambiado nuestras vidas.
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