Tarde agridulce en el regreso de los toros hasta el coso de la Era. Un mano a mano con mucha murcianía entre Rafaelillo y Ureña, que levantó mucha expectación, viéndose hasta los tres cuartos del aforo y en la que se palpaba las ganas de toros en la Región.

La tarde se complicó cuando Ureña fue prendido en el segundo de su lote, un toro que derrumbó a partir del tercio de varas. Tras realizar una tanda de manoletinas, en el pase de pecho fue volteado y prendido en el suelo, teniendo que pasar por la enfermería con un varetazo en el gemelo. Tras regresar al ruedo, en el último, no le pudo dar ni una sola verónica. Sufrió un traspiés que le hizo perder el equilibrio y el toro le propició un fuerte golpe contra las tablas. Fue trasladado a la enfermería y tras ser atendido fue evacuado en ambulancia con pronóstico reservado.

Ureña sacó a relucir el momento por el cual atraviesa, colocándose en el sitio justo, pisando los terrenos propios del toro. Ejecutando faenas de menos a más, basadas sobre todo en la mano derecha y que cobraron aire en la parte final. Destacaron una series de manoletinas magníficas.

25 aniversario

El torero del barrio del Carmen celebra este año su 25 aniversario de alternativa. Rafaelillo recibió a su primero con una larga cambiada al hilo de las tablas, para lacear después en una apretada verónica. El toro no recibió ni un puyazo, mostrándose muy blando y de corta embestida, teniendo que echar mano de molinetes y desplantes Rafaelillo para calentar al respetable. Media estocada caída, consiguiendo un trofeo. Las largas cambiadas y los afalorados volvieron a sus lances de recibo al tercero. Con la muleta y dadas las condiciones del toro, fue una faena de poder a poder, pleno de arrojo ante un toro que le buscaba los pies continuamente y en la que sacó a relucir su condición de fajador. Nueva estocada caída, firmando otro trofeo. A su tercero le endosó casi una veintena de verónicas con mucho gusto, ganando terreno y cargando la suerte. Toro bravo en el caballo, pero que después cambió radicalmente. Rafaelillo apenas pudo robarle unos cuantos muletazos. Aunque su predisposición fue máxima durante toda la tarde.

Volvieron molinetes y desplantes, teniendo la faena un final apoteósico, entrando a matar aguantándose al toro una barbaridad. Consiguiendo desorejar a su enemigo. Dio la vuelta al ruedo acompañado de sus hijas, que pudieron ver a su padre desde los tendidos.

En la corrida estuvo presente el presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, acompañado del consejero de Presidencia, Marcos Ortuño, el diputado Jesús Cano y los directores general Francisco Abril y Juan Antonio Lorca.