La participación en la 42 edición de los Juegos Deportivos del Guadalentín, las conocidas como ‘Olimpiadas lorquinas’, han sorprendido gratamente a propios y extraños. Después de un año, el 2020, en que no pudieron celebrarse y con unas previsiones pocos halagüeñas por las restricciones sanitarias con motivo del Covid-19, nadie hacía presagiar una participación que ha superado los 7.000 deportistas. Pero, además, muchos de ellos han sido personas que por primera vez se han acercado a la actividad deportiva llamados por la novedad de las iniciativas que planteaban los Juegos Deportivos del Guadalentín.

Entre las casi 60 actividades deportivas se han incluido algunas tan curiosas como la posibilidad de hacer yoga en un escenario único, la explanada de El Calvario. Allí, entre las capillas históricas del Vía Crucis lorquino y con un mar de diminutas casitas a los pies, se pudo disfrutar de una sesión única que muchos ya han pedido que se repita no solo en ese lugar, sino en otros como el Castillo, el atrio del Santuario Patronal de la Virgen de las Huertas o en alguno de los enclaves de montaña con que cuenta el municipio.

La edición de este año de los Juegos también ha ‘jugado’ a coquetear con otras disciplinas fuera del deporte. Y así, se propuso crear una simbiosis entre deporte, cultura y patrimonio. El resultado no pudo ser mejor, una exposición en la que deportistas minoritarios posaron para el fotógrafo Juan José Quiles en escenarios como el Salón Amarillo del Palacio de Guevara, el claustro del antiguo convento de La Merced, El Calvario, el arco de la calle Cava, el Porche de San Antonio… Y allí pudimos ver a parte del equipo de esgrima, al de natación sincronizada, a corredores… practicando su rutina de entrenamiento mientras eran captados por la cámara.

La inauguración también escogió un escenario único, la Plaza de España. Con asistencia restringida se llevó a cabo la gala de apertura de los Juegos. Allí, la deportista de lanzamiento de peso y olímpica, Úrsula Ruiz, cedió el testigo de embajadora a otro ‘grande’ del deporte, José García Murcia. Este ha sabido llevar su título honorífico como nadie. García Murcia, Pepe, como todos le llaman en el mundo del deporte, ha estado presente en cuantas pruebas se han llevado a cabo. Igual animaba a los corredores de la Trail de montaña, que corría en la ‘Run for Parkinson’, o acudía a la inauguración de la exposición de fotografías de Quiles.

Pero los Juegos Deportivos del Guadalentín de este año han sido mucho más. El turismo también ha sido una disciplina presente a través de los deportistas de otros países que han participado. Ingleses, suizos, franceses… han acudido a Lorca para practicar deporte. Y las asociaciones como la del parkinson, la de atención temprana, el cáncer… han recibido un plus económico para poder continuar con sus tratamientos, con las terapias de sus integrantes, después de más de un año sin poder realizar iniciativas solidarias.

Las pedanías también se han beneficiado de estos Juegos. Ramonete, La Parroquia, Aguaderas, Zarzadilla de Totana, La Hoya, Almendricos... han sido escenario de alguna de las iniciativas que se han celebrado en las últimas semanas. Y se han podido conocer disciplinas deportivas que se practican en el municipio y que diariamente pasan desapercibidas como la esgrima o el boxeo. El deporte se ha echado a la calle con jornadas de fitness en la Plaza de Calderón de la Barca o boxeo en la Alameda de la Constitución.

Y la Travesía nocturna de montaña volvió, aunque descafeinada, por la ausencia del campamento. La situación de pandemia obligó a su suspensión, pero a pesar de ello casi 250 personas tomaron parte en la prueba de montaña, una de las más veteranas de los Juegos del Guadalentín. Sus más de medio centenar de voluntarios aguantaron el frío de la noche de la Sierra de la Peñarrubia mientras los participantes correteaban la zona. No hubo tregua, ni siquiera en la vuelta de los Juegos.

La prueba, ya lo anunciaba uno de sus organizadores, iba a ser dura. “No creáis que por conocer la zona va a ser más fácil. Tendréis que ir desde un punto a otro, pero por donde nosotros marquemos”, apuntaba Miguel Rafael Martínez. Y así ocurrió. Muchos, llegaron, pero por un camino distinto al marcado por la organización. Lejos de mermar los ánimos ha llevado a que muchos se planteen volver el año que viene para lograr ‘vencer a la montaña’ y a los que marcan el camino de esta prueba que este año quiso homenajear a uno de sus colaboradores históricos. Un pino, sembrado por sus amigos y familiares, recordará a Antonio Fernández, quien siempre se situaba en el control más difícil, de peor acceso… Ese control, cada año, lleva su nombre en su memoria.

Difícil, muy difícil, sería reseñar cada una de las anécdotas, de las historias, que han sucedido este año en los Juegos Deportivos del Guadalentín. A buen seguro, la concejal de Deportes, Irene Jódar, podría hacer una retahíla capaz de llenar una, dos, tres páginas. A esta joven se le ha visto en cada una de las pruebas. No ha faltado a ninguna, aunque en ocasiones ha llegado casi extenuada. “Quiero estar en cada una de las pruebas”, anunciaba tajante al inicio de los Juegos. Ha cumplido su promesa y hasta ha practicado muchas de las disciplinas.

De los voluntarios también hay que hablar. Este año han faltado algunas pruebas legendarias, pero no por ello su trabajo ha sido menor. Los exhaustivos controles sanitarios han obligado a medidas excepcionales que han llevado al extremo su trabajo. “Son el alma de los ‘Juegos’”, apuntaba la edil de Deportes, quien también ha querido destacar el trabajo de la organización que ha sido “impresionante”.

Los Juegos Deportivos del Guadalentín, los de la ‘casi’ vuelta a la normalidad han cerrado sus puertas. Se baja el telón, pero ya se trabaja en los del próximo año que, a buen seguro, volverán a sorprender a todos.