La distancia entre el municipio con la renta más alta de la Región y el que presenta el nivel más bajo se ha agrandado en 730 euros en un año, lo que también revela un aumento de las desigualdades dentro de la Comunidad. Así lo refleja la estadística de 2019 del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) por ayuntamientos, difundida por la Agencia Tributaria hace unos días.

En ella, Abarán adelanta a Molina de Segura y aparece en primer lugar con una renta media bruta de 29.432 euros por persona, mientras que en el extremo opuesto se encuentra Albudeite con 16.752 euros por habitante. Así pues, la diferencia es de 12.680 euros, lo que quiere decir que la renta de la localidad de la Vega Alta es un 175% superior a la del municipio de la Comarca del Río Mula. Pero además, en la estadística de 2018 esa distancia entre el primero y el último era bastante menor, de 11.950 euros.

Entonces, la cabecera de la tabla lo ocupaba el municipio molinense con 28.091 euros, y el farolillo rojo seguía siendo Albudeite con 16.141 euros. Lo más curioso es que Abarán ocupaba entonces el puesto número 31 en el ranking de municipios de la Comunidad, por lo que en solo doce meses escaló hasta 30 puestos hasta colocarse en la cabeza.

Murcia, en tercer lugar, con 28.238 euros de renta de media; y las localidades de su área metropolitana, aparte de la propia Molina, como Las Torres de Cotillas (23.600 euros) o Alcantarilla (23.038) están en los primeros lugares de la tabla.

El cuarto puesto en la clasificación del IRPF lo ocupa Cartagena, con 26.593 euros de renta media. Le sigue el municipio de San Javier, que con poco más de 32.000 habitantes tiene una renta media de 24.649 por persona. Por el contrario, la parte final está copada por localidades con un menor número de habitantes, como lo son también Moratalla, Campos del Río, Ricote o Fortuna. Así, de la misma forma que ha ocurrido otros años, en la parte final de la tabla figuran estas localidades con un carácter más bien residencial y una importante presencia de personas mayores. Esa escasez de actividad económica y el peso de las pensiones en los ingresos de los vecinos marcan el nivel de renta más reducido, junto con unos sueldos en general más bajos entre la población activa.

Nada de esto es casual y, de hecho, más que de diferencias territoriales, se puede hablar de distintos panoramas socioeconómicos, que son los que verdaderamente determinan la renta. Eso sí, la estadística deja claro que hay comarcas o zonas donde predomina un modelo, ya sea de los que marca mayor renta o menor.

La concentración de servicios administrativos en la capital del Segura favorece que en la ciudad de Murcia y su área metropolitana residan un gran número de funcionarios, buena parte de los cuales tiene un sueldo relativamente alto, y de profesionales liberales. Estas personas declaran a Hacienda cantidades también altas, y dado que los datos de renta vienen dados a partir del IRPF, resulta comprensible que estos municipios encabecen la tabla.

Asimismo, dado que el capital inmobiliario también es un factor a tener en cuenta, se explica que en este grupo de delantera se encuentren algunas localidades costeras donde la vivienda es en general más cara o tiene presencia un perfil de residente o visitante de alto poder adquisitivo. Es el caso de Cartagena, San Javier, La Unión (9ª posición) o San Pedro del Pinatar (14ª posición), entre otras.

Respecto al importe medio de los rendimientos de actividades económicas, en el conjunto regional se sitúa en 10.450 euros. En este apartado, en Abarán se sitúa en 8.365 euros; mientras que en Albudeite está en 4.754 euros. En las ‘cuatro grandes’ ciudades -Murcia, Cartagena, Lorca y Molina de Segura- se sobrepasa de forma holgada los 11.000 euros.

Indicadores que no deben vincularse por sí solos a la pobreza

Cuando son altos, los datos de renta de los municipios son un indicio de la existencia de un segmento de población con un nivel de vida o económico elevado o significativo. Ahora bien, en caso contrario, de ninguna forma quieren decir que exista pobreza como tal en el territorio en cuestión, sino simplemente que la media de la cuantía de los salarios y de los ingresos de la población es menor, comparada con lo que sucede en otras zonas. El riesgo de estigmatización y de generación de prejuicios incorrectos ha sido expresado en ocasiones desde municipios con datos más bajos.