Tras cerca de un año de desarrollo del proyecto dirigido por el Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz, los trabajos de restauración que devuelven el color original a la fachada de la Real Basílica de la Santísima y Vera Cruz afrontan su recta final, según avanzó ayer el alcalde, José Francisco García, en la visita efectuada a las obras junto a técnicos municipales y responsables de la empresa adjudicataria.

García -que comprobó los resultados del nuevo método de limpieza con el que se recupera la policromía de los mármoles rojos, grisáceos y negros que revisten la portada principal- explicó que «a los pocos meses de ponerse en marcha el proyecto, el equipo de Gobierno local decidió, en base a los informes técnicos, ampliar el proyecto e incrementar su presupuesto, ya que el estado de deterioro de la fachada requería de un minucioso trabajo de limpieza mecánica que no se recogía en el inicial».

Las obras de restauración realizadas en la fachada han contado finalmente con una inversión de 255.000 euros, de los cuales cerca de 100.000 han sido aportados por el Consistorio caravaqueño con cargo al presupuesto municipal y el resto han sido subvencionados a través de la convocatoria de 2018 del Programa 1,5% Cultural para la Rehabilitación del Patrimonio del Ministerio de Fomento.

Tal y como detallaron los técnicos municipales José Antonio Medina y José Manuel Alcázar, los ensayos y pruebas realizados por laboratorios especializados y por restauradores demostraron que la decoloración profunda que sufría la fachada con una capa blanquecina se debía al paso del tiempo y, fundamentalmente, a tratamientos a base de ácido y resina aplicados en intervenciones efectuadas en la década de los años noventa.

Además de los trabajos de limpieza para recuperar el color de los mármoles con los que fue construida la portada barroca en el siglo XVIII, se han llevado a cabo numerosas tareas para reparar daños estructurales y restaurar las piezas decorativas, juegos volumétricos, columnas, cornisas e impostas. Asimismo, se han repuesto elementos pétreos con forma de volutas, tallándose en piedra similar, y se han retirado revestimientos añadidos en algunas zonas para descubrir la sillería original.

El proyecto también ha recogido una actuación en la zona existente de la fachada primitiva no revestida por la marmórea del XVIII, cuya piedra arenisca se encontraba en un estado de deterioro avanzado que exigía una reintegración y consolidación que asegurara su conservación.

Por otra parte, hace pocos meses finalizaron las obras en las cubiertas de la Basílica con un prepuesto más de 400.000 euros, actuación que fue cofinanciada a través de la convocatoria de 2018 del programa nacional 1,5% Cultural del Ministerio de Fomento, así como con presupuesto autonómico del Gobierno de la Región de Murcia y municipal del Ayuntamiento de Caravaca.