Los trabajos de refuerzo en cimentación, consolidación de muros existentes y reconstrucción del resto que estaban derruidos de la ermita de San Lázaro «están a punto de finalizar», por lo que queda por ejecutar la «fase de revocos y acabados de los muros, los pavimentos y toda la cubierta», según ha afirmado la concejala de Fomento, Isabel Casalduero.

Las obras en el edificio están ejecutadas en un 50 por ciento y en el conjunto general del proyecto en un 72 por ciento, por lo que se prevé que puedan estar concluidas en seis meses. La recuperación de la ermita, de los siglos XIV y XV, será una realidad el próximo año, aunque «en la actualidad se han encontrado con el problema de suministro de madera, lo que podría provocar ciertos retrasos en el conjunto de la obra», ha destacado la edil de Fomento.

La ermita se encontraba en «situación ruinosa» cuando se iniciaron los trabajos de recuperación del monumento, que no cuenta con catalogación alguna. Ahora, Fomento busca argumentos para que pueda contar con algún tipo de protección. En estas tareas participarán tanto la Concejalía de Cultura como la de Fomento, según han afirmado sus titulares, María Ángeles Mazuecos e Isabel Casalduero, respectivamente. «Sería deseable. A lo largo de las obras se han producido algunos hallazgos que se podrían incorporar al expediente, pero todavía está muy en precario. Ahí Cultura lleva el mando y su actuación será decisiva», ha señalado Casalduero.

Las obras tenían como propósito la reparación y reconstrucción del edificio de la ermita de San Lázaro para uso cultural, pero también la regeneración del espacio público circundante. La ermita tiene una superficie construida de 271 metros cuadrados. Es una nave única con amplios muros de mampostería o ladrillo con techumbre de madera. A ella se adosó un cuerpo destinado a altar mayor o presbiterio, separado de la nave principal por escalones y un camarín o posible sacristía adosado en su parte posterior, según se expresa en el proyecto de recuperación del monumento.

Durante las obras han aparecido restos arqueológicos, en forma de enterramientos, aunque el nuevo pavimento realizado en tarima de madera se sitúa por encima de la cota, lo que favorece su conservación. Los trabajos «van a intentar recuperar la decoración del siglo XVII, así como los enlucidos del XVIII y los posibles restos de pinturas, con lo que recuperaremos la imagen formal que tendría en este último siglo», ha destacado la edil de Fomento.

Regeneración del entorno

El proyecto de recuperación de la ermita de San Lázaro también abarca todo el entorno. Se han demolido las edificaciones existentes, se ha explanado y pavimentado el entorno del edificio y del acceso para permitir el tránsito de personas, además de la construcción de rampas y escalones para salvar el desnivel del terreno. Además, habrá señalización desde distintos puntos de la ciudad y desde este lugar hasta el Cejo de los Enamorados.

Los trabajos han incluido la construcción de redes enterradas de agua, alumbrado y telefonía, la modificación de la red de aguas pluviales, así como la pavimentación de las nuevas calles y el acceso peatonal y de vehículos hasta la ermita. «La obra se está desarrollando según las necesidades de simultaneidad de los trabajos a ejecutar, pues van condicionados entre sí, al no poder comenzar unos hasta no estar terminados o muy avanzados otros», indica Casalduero, quien ha recordado que el importe de ejecución por contrata de las obras es de casi 1,2 millones de euros.

El San Lázaro que la presidía se guarda en San Patricio

Una talla de pequeño tamaño coronaba el retablo principal de la ermita de Nuestra Señora de los Remedios y Señor San Lázaro. El patrono de leprosos y mendigos, San Lázaro, fue esculpido en Granada a mediados del siglo XVII por Alonso de Mena. La imagen se custodia en una urna de cristal en una oscura capilla de la Colegiata de San Patricio.

De ella, da cuenta ampliamente el archivero municipal Eduardo Sánchez Abadíe en su artículo ‘Noticias de escultura en Lorca. La Virgen de la Concepción de Jerónimo Quijano y un San Lázaro de Alonso de Mena’, en la Revista Alberca. Sánchez Abadíe habla de la «gran calidad» de la imagen, lo que confirma «el elevado nivel que alcanzó en nuestra ciudad esta especialidad artística». Y también da detalles sobre la ermita de San Lázaro de la que señala que es «de origen medieval» y que estaba situada en el barranco de los Albaricos.

Se cree que pudo construirse a mediados del siglo XV. Hay referencias en el siglo XVI a la fuente o pozo de San Lázaro y al manantial de agua que había junto a la ermita, que al parecer tenía propiedades medicinales, lo que motivó la edificación allí del pequeño santuario. 

El Padre Morote, en 1741, también se refiere a este lugar al hablar del tiempo de Lorca: «Las noches siempre son buenas, por el viento fresco, tenue, que a las nueve de la noche, con poca diferencia, suele de ordinario levantarse. Llaman de San Lázaro a este aire, por originarse en la montaña, donde está la grande ermita de este Santo, a la parte del poniente de la Ciudad».