En muchos de los colegios del municipio de Lorca se han podido ver este jueves sillas vacías. Los padres de estos escolares tomaban la decisión de no mandarlos a clase por «la incertidumbre de la huelga de autobuses», según reconoció la concejal de Educación, Antonia Pérez, quien se ponía en su lugar: «No puedes dejar a tu hijo en una parada de autobús en una pedanía sin saber si lo va a recoger el autobús o no, por lo que muchos han optado por no llevarlos a clase».

Unos diez mil alumnos tenían que volver a sus aulas ayer después de las fiestas patronales. Unos cuatro mil residen en pedanías. Muchos de ellos, que viven a más de 3,5 kilómetros de su centro escolar hacen uso del transporte para llegar a clase. La huelga ha sido desigual y en algunos centros se desconvocaba la noche anterior. «Es el caso de la empresa que lleva el transporte en el colegio de Ramonete. Pero era tarde para poder avisar a los padres, aunque se intentó por diversas formas, por lo que en ese centro muchos niños no han acudido a clase», señaló Antonia Pérez.

Fuentes de la Consejería de Educación preciaron ayer que 35 de las 36 empresas que cubren las rutas de Lorca acudieron a recoger a los alumnos.

Pero no solo en Ramonete han faltado escolares. La edil de Educación reconoció que «faltaron muchos niños» en otros centros de pedanías. La incidencia fundamental ha sido en la pedanía de Ramonete, destacó. Y entre las mayores preocupaciones estaba el colegio Pilar Soubrier de Educación Especial. «Afortunadamente no se ha visto afectado. Teníamos la incertidumbre del sí o del no, pero parece que la empresa finalmente se ha descolgado de la huelga».

 El inicio del curso escolar ha coincidido con las obras en el aparcamiento del colegio de Campillo, según ha denunciado el viceportavoz del PP, Ángel Meca.